24/04/2024
07:47 PM

Óscar Andrés Rodríguez coordina las reformas a la curia

El papa Francisco trabajará tres días con los ocho cardenales, entre ellos Óscar Andrés Rodríguez.

Ciudad del Vaticano

El papa Francisco presidió ayer en el Vaticano las reuniones que tendrá también hoy y mañana con el consejo de ocho cardenales que ha instituido para que le ayuden en su propósito de reformar la curia, el gobierno de la Iglesia Católica.

El grupo, formado por purpurados de los cinco continentes, está coordinado por una de las mayores personalidades de la Iglesia latinoamericana, el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa.

“No se terminará en dos meses”, dijo el cardenal Rodríguez Maradiaga la semana pasada en Quebec, Canadá, al referirse a las jornadas de trabajo que le encomendó el Papa.

El ‘G8 de la Iglesia’

El Papa concelebró una misa con los ocho cardenales en la residencia de Santa Marta y dijo: “Esperemos que el trabajo que empezamos hoy -ayer- nos haga a todos más humildes, más dóciles, más pacientes y nos dé más confianza en Dios, para que así la Iglesia pueda dar buen testimonio a la gente y viendo a esta Iglesia sientan ganas de venir a nosotros”.

En estos tres días, el Papa y los ocho cardenales -Giuseppe Bertello, Francisco Javier Errázuriz Ossa, Oswald Gracias, Reinhard Marx, Laurent Monsengwo Pasinya, Sean Patrick O’Malley, George Pell y Andrés Rodríguez Maradiaga- permanecerán reunidos en sesiones de mañana y tarde, con excepción de hoy, cuando el pontífice participará en la audiencia general.

El llamado “G8 de la Iglesia” está considerado “un nuevo instrumento de consulta” con el que podrá contar el Papa durante su pontificado.

Su misión será, además de “estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica Pastor Bonus sobre la Curia Romana”, aconsejar al Papa en otros temas del gobierno de la Iglesia. La oficina de prensa del Vaticano aclaró que este G8 de cardenales se creó para “ofrecer consejo al Papa, pero no tomará ninguna decisión propia”.

En la mesa de trabajo hay cerca de 80 informes y también se examinarán otros documentos entregados por los jefes de los dicasterios, los ministerios que forman la curia romana, con quienes el pontífice se reunió hace algunas semanas.

Los cardenales están obligados a no hacer declaraciones sobre los argumentos tratados estos días y tampoco se darán ruedas de prensa o comunicaciones.

La lepra del papado

En una entrevista concedida al diario La Repubblica, el Papa dijo que los cortesanos son la “lepra del papado” y propugnó por una Iglesia abierta y comprometida socialmente.

“Es el inicio de una Iglesia concebida como una organización no solo vertical, sino también horizontal”, anunció el Papa en la larga entrevista concedida al diario.

La entrevista al fundador del diario, Eugenio Scalfari, un ilustre no creyente, revela las líneas claves del pontificado de Francisco y el proyecto de reforma.

“Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, amantes de la adulación. La corte es la lepra del papado”.

La Iglesia “es demasiado vaticanocentrista”, reconoció el pontífice al criticar una institución que “observa y protege los intereses del Vaticano, que son en buena parte intereses temporales”. Una visión que lleva a la Iglesia a “descuidar el mundo que nos rodea”, insistió.

Sobre su visión de la Iglesia, explicó que no se debe basar en el “proselitismo”, sino “en escuchar las necesidades, las desilusiones, la desesperación y dar esperanza a los jóvenes y ayudar a los viejos, abrir al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres”.

Jóvenes y ancianos

Para el Papa, “los dos mayores males que afligen al mundo en este momento” son “el desempleo juvenil y la soledad en la que se deja a las personas mayores”.

El “liberalismo salvaje (...) vuelve a los fuertes más fuertes, a los débiles más débiles y a los excluidos más excluidos”, reprochó.

“¿Se puede vivir aplastado en el presente? ¿Sin la memoria del pasado y sin el deseo de proyectarse hacia el futuro, construyendo un proyecto, un futuro, una familia? Este es el problema más urgente que la Iglesia debe afrontar”.

Francisco reconoce que ambas tareas son enormes y que la segunda corresponde a todos los ciudadanos y no solo a los creyentes. “No sé si soy el mejor para representarlos, pero la providencia me ha puesto como guía de la Iglesia y de la diócesis de Pedro. Haré cuanto esté en mi mano para cumplir el mandato que me ha sido encomendado”.

Francisco explicó que nunca lo atrajeron “los principios materialistas del comunismo”, pero que estudió esa doctrina a través de una “amistad” con una profesora en Argentina que le proporcionaba documentos.

Al preguntarle si creyó justo que el papa Juan Pablo II combatiera la teología de la liberación, con mucho impacto en América Latina, respondió: “Seguramente aplicaban la política a su teología, pero muchos de ellos eran creyentes con una alta concepción de la humanidad”.

Ansiedad ante la elección

El pontífice explicó que tras ser elegido al frente de la Iglesia Católica en marzo pasado consideró durante breves instantes la posibilidad de rechazar el cargo.

“Antes de aceptar pregunté si podía retirarme unos minutos a una habitación contigua a la del balcón sobre la plaza... Sentí mucha ansiedad”, confesó.

“Cerré los ojos y todos los pensamientos desaparecieron. Incluso el de rechazar la designación. En algún momento, una gran luz me llenó. Duró un momento, pero a mí me pareció mucho tiempo”.

Banco del Vaticano publica sus cuentas por primera vez

El Instituto para las Obras de Religión, más conocido como el banco del Vaticano, publicó ayer por primera vez en su historia sus cuentas, según las cuales registró un beneficio neto de 86.6 millones en 2012 que cuadriplica el de 2011.

Este beneficio le permitió al IOR realizar una contribución de 54.7 millones al presupuesto de la Santa Sede. Por primera vez, el banco dio a conocer sus resultados en un informe anual publicado en su nueva página web, prueba de la nueva política de transparencia que el Vaticano quiere para un banco muy criticado por su opacidad en el pasado.

El Papa pidió reformar el IOR en el marco de una revisión de las estructuras del Vaticano.

El IOR gestiona miles de cuentas, principalmente de sacerdotes, religiosos, obispos, congregaciones, que actualmente son controladas por consultores externos. El banco también sirve para hacer circular los fondos necesarios para las obras de la Iglesia en el mundo entero.

Temas de debate

Reforma DE LA CURIA ROMANA. El gobierno central de la Iglesia. En este bloque se decidirá la cuestión central que aborda el grupo: la descentralización del poder. Además se espera una racionalización del funcionamiento de las oficinas del Vaticano, incluida una reducción de sus costos de operación. Tratarán también las grandes reformas de la banca vaticana.

Cambios en la forma de ejecutar el poder dentro de la Iglesia. Abordarán, entre otras cuestiones, cómo hacer más efectivo el funcionamiento del sínodo bianual de los obispos.

Reforma PASTORAL. Los sabios abordarán los retos ideológicos a los que se enfrenta la Iglesia de nuestro tiempo. El Papa ya ha indicado que el primer asunto que se tocará será la cuestión del matrimonio. “Hay muchísimos católicos que están divorciados o en segundas nupcias y que no pueden comulgar”, dice el analista en asuntos del Vaticano, Gerard O’Connell.