26/04/2024
12:56 AM

Honduras le presentó una nueva cara al mundo

Miles de hondureños se unieron ayer en un grito de paz y esperanza en el evento “Una nación, un día” en San Pedro Sula.

Toda Honduras se unió la noche de ayer en un solo grito de paz y esperanza y para proclamar que está lista para renacer y librarse de la corrupción, la violencia, la delincuencia, la pobreza y todos los males que por años lo han sumergido en una aguda crisis.

Los hondureños se reunieron en todos los departamentos del país para ser parte del megaevento “Una nación, un día”, en el que participaron más de un millón de personas a escala nacional pertenecientes a diferentes iglesias y organizaciones.

Esta actividad tiene como fin iniciar un cambio en Honduras orientado a construir un mejor futuro para todos en el país.

El evento principal se celebró en el estadio Olímpico de San Pedro Sula, donde se reunieron unas 60 mil personas, entre público, predicadores, cantantes, danzantes y otros miembros de los actos.

El evento inició antes de las cinco de la tarde con cantos de alabanza a Dios y una coreografía interpretada por cientos de creyentes que danzaron sobre el césped del estadio Olímpico.

El establecimiento deportivo estaba ya casi lleno de personas que, desbordadas de fe, emoción y sentimientos de positivismo, cantaron, danzaron y agitaron banderines de la bandera de Honduras, en la cual se agregó el logo de “Una nación, un día”.

Afuera del inmueble, miles de personas hacían fila para ingresar.

Lluvia de bendición

Aproximadamente a las 5:10 de la tarde, una fuerte tormenta comenzó a caer sobre la ciudad, por lo que el evento debió ser suspendido durante una hora.

A pesar del imprevisto causado por la naturaleza, los ánimos de los presentes solo se fortalecieron y cuando la celebración se reanudó los creyentes volvieron a las graderías con mucho más fervor y finalmente llenaron el estadio completamente. “Es una señal que la maldad será borrada de Honduras”, decían varios de los presentes. La noche comenzaba a cubrir la ciudad.

Las luces del estadio se encendieron y a las 6:30 subió al escenario el estadounidense Dominic Russo, el evangelista que soñó con esta iniciativa desde hace varios años para Honduras y quien llegó la semana pasada con cientos de voluntarios para hacer brigadas médicas, traer donativos y hacer festivales de valores en distintos centros educativos.

Los presentes estallaron en júbilo cuando Russo inició su predicación. “En la nueva Honduras nos amamos a nosotros mismos, así que descubrimos y completamos nuestro propósito. En la nueva Honduras amamos a nuestros hijos, así que les daremos educación. Amamos a nuestra familia, así que les transmitiremos valores. En la nueva Honduras amamos al prójimo, así que haremos la paz. Amamos a nuestra nación, así que creemos en un futuro próspero para ella”, dijo Dominic.

La nueva Honduras

Russo explicó durante su predicación que el evento en masa de ayer era solo el inicio de un cambio para todo el país.

“Esta noche es el momento en que veremos cómo comienzan a cumplirse nuestros sueños. Quiero que todos visualicen este como un país renacido porque este es un nuevo Honduras.

Queremos paz en las calles, queremos ciudades limpias, no queremos corrupción, queremos personas entregadas a Dios.

Esta es la noche, este es el momento de empezar”, declaró Dominic a los creyentes que al final de la prédica gritaron un ensordecedor “¡amén!”.

También el pastor Misael Argeñal participó en el evento y le envió un mensaje de esperanza al país. “Perdona, Señor, todo lo malo y renueva nuestra forma de pensar, de vivir.

Esta noche bendecimos a Honduras, a cada uno, a cada familia, y proclamamos por el poder de Dios que su espíritu transformará y levantará una nueva Honduras”.

El evento concluyó a las 8:30 de la noche, pero ayer fue solo un inicio en el que Honduras le mostró a todo el mundo una nueva cara.

Todo el país alzó su rostro al Creador

La nación entera alzó su rostro al Creador, renovó sus votos de fe, pidió perdón y se comprometió a buscar mediante la unidad, la paz, la tranquilidad y el bien común.

Los hondureños demostraron su temor a Dios y llenaron su espíritu en el cierre de la jornada “Una Nación, un Día” impulsada por el predicador estadounidense Dominic Russo.

Durante el evento, celebrado en los 18 departamentos del país, líderes y pastores evangélicos proclamaron el surgimiento de una nueva Honduras, en la que todos viven en orden y en paz.

En Tegucigalpa miles de personas se concentraron en el estadio Nacional Tiburcio Carías Andino, que lució abarrotado de personas que llegaron a levantar sus manos para rogar por una verdadera transformación hondureña.

Y es que de manera simultánea se desarrollaron jornadas de oración por Honduras en departamentos como El Paraíso, Choluteca, Atlántida, Comayagua, Yoro, Copán y Colón, en donde se manifestó el poder del creador.

En El Progreso, Yoro, cientos de personas de diversas comunidades y municipios aledaños se dieron cita en la zona militar para unir sus voces y clamar a Dios por un cambio rotundo en Honduras.

En Santa Rosa de Copán, fieles a la promesa que clamando a Dios Honduras podrá renacer y ser un país próspero, miles de creyentes se congregaron en la cabecera departamental de Copán.

En Sabá, Colón, con alegría y fe más de treinta mil personas llegaron al estadio municipal para ser parte de Una Nación Un Día, evento que llenó de alegría el corazón de miles, la pastora Yesica Ramírez le dio lectura a la declaración de buena nuevas para Honduras.

En La Ceiba, miles de feligreses de diversas iglesias evangélicas del departamento de Atlántida convirtieron el estadio ceibeño en un oasis de fe y oración.

Esta ciudad fue la sede regional del gran evento cristiano Una Nación, Un Día. La jornada de oración fue trasmitida por radio y televisión en todo el territorio hondureños y en 200 países.