25/04/2024
06:22 AM

Éxodo interno, el 'otro escape” de los hondureños

Estados Unidos no es el único camino para hallar una mejor vida. Miles van de las zonas rurales a las urbanas en Honduras.

La pobreza es una sombra de la que tratan de separarse millones de personas en Honduras, quienes dejan sus lugares de origen para viajar a otras ciudades del país en las que esperan encontrar la luz de las oportunidades de empleo, estudio o comercio para tener la posibilidad de mejorar su situación de vida.

No solo a Estados Unidos “huyen” los hondureños que están cansados del desempleo, el hambre, la desigualdad social, la inseguridad y la falta de recursos económicos, pues la otra “ruta de escape” es la migración interna, o sea mudarse de departamento a departamento, del pueblo a la ciudad, del campo a la urbe, pero siempre dentro del territorio hondureño.

Como es previsible, los mapas de migrantes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) muestran que los departamentos a los que más emigran los hondureños son Cortés, adonde han llegado 500,178 personas de otras zonas del país, Francisco Morazán con 274,204 y Atlántida, 124,775.

Islas de la Bahía y Gracias a Dios son los departamentos a los que menos se mudan en Honduras, pues los registros del INE muestran que la migración es prácticamente nula a estas regiones.

“Los más abandonados”

Choluteca, Copán y Comayagua son los departamentos en que más disminuyó la población por la migración interna, según las estadísticas del INE.

A Choluteca llegaron 38,639 y se fueron 138,402, lo que significa que decreció 99,763 la cantidad de habitantes en este lugar.

A Copán se mudaron 34,407 personas, pero se fueron de este lugar 122,900, por lo que demográficamente decayó en 88,493 pobladores.

Mientras tanto, a Comayagua llegaron un total de 80,466 habitantes, pero se marcharon 144,138, por lo que ahora el departamento se quedó con 63,672 personas menos.

El economista Carlos Urbizo expresó que el fenómeno de la migración interna es un intento de mejorar las condiciones de vida, pues las personas consideran que no lo lograrán en el lugar donde viven.

“Hay dos situaciones: porque el lugar donde se está ya no tiene oportunidades para uno o porque el sitio al que se piensa emigrar parece tener más oportunidades de las que uno puede tener donde está.

Por ejemplo, un tipo de motivación para emigrar de manera interna es que alguien puede estar en La Ceiba, donde sí hay oportunidades, pero esa persona puede percibir que son mejores las oportunidades en San Pedro Sula. Un caso diferente es el de quienes viven en sitios donde no hay ninguna oportunidad”.

Urbizo indicó que hay similitudes en las razones que tienen las personas para emigrar.

“Las motivaciones de quienes se trasladan de vivir de un lugar a otro en el país no son muy diferentes a las que tienen quienes se van a Estados Unidos, pues ambos tipos de migración se hacen para buscar mejores ingresos, mejor calidad de vida, etcétera”.

El economista manifestó que las migraciones internas poseen características particulares en los países con más problemas sociales y económicos.

“En todos los países del mundo hay una movilidad interna muy dinámica, pero la diferencia del fenómeno en los países más pobres es que las proyecciones indican que de aquí a unos 20 años el 75% de la gente vivirá en las ciudades y abandonarán el campo y esto, que se concentre tanta población solo en la ciudad, es una cosa irregular. En los países más desarrollados, la población se distribuye equitativamente y así se proyecta para el futuro porque en todas las regiones tienen una cantidad de habitantes que encuentra distintas oportunidades de empleo y desarrollo”.

En total, más de 1.5 millones de personas se han mudado internamente en Honduras, o sea de un departamento a otro.

Aumento

Al comparar la cantidad de personas que emigran a un departamento con los que se van del mismo, se puede saber cuáles son los sitios en que más aumentó o disminuyó la población por el fenómeno de la migración interna.

Cortés es el departamento donde más se incrementaron los habitantes debido a las “mudanzas interinas” en el país, pues llegaron 500,178, mientras que se fueron 130,867, para hacer un aumento poblacional de 369,311 en este departamento.

El segundo en el que más creció la cifra de habitantes por la migración interna es Francisco Morazán, adonde llegaron 274,204 y se fueron 149,693, para dejar un incremento de 124,511 personas en el departamento. El tercero es Atlántida, adonde se mudaron 124,775 y se marcharon 90,717, por lo que hubo un aumento demográfico de 34,058 personas.

Disminución

Los departamentos de los que más se van sus habitantes a otros departamentos del país son Francisco Morazán, de donde se han ido 149,693, Santa Bárbara con 144,138 y Choluteca con un total 138,402, según los mapas de migrantes. Los departamentos de los que menos “se mudan” son Islas de la Bahía con 5,627 y Gracias a Dios con 6,768.

Atracción y repulsión

El sociólogo Julio Navarro habló sobre el fenómeno de las “mudanzas interinas” en el país.

“A nivel de migración interna hay dos categorías que se utilizan: los polos de atracción de población y los polos de repulsión. Los de atracción son aquellos adonde hay más comercio, empleo, movimiento de dinero, desarrollo, etcétera, y los de repulsión son las regiones que carecen de todo eso”.

El sociólogo expresó que los primeros polos de atracción fueron la zona central y luego zona norte.

“Aproximadamente en 1880 la minería atrajo a una gran cantidad de personas a Tegucigalpa. Luego a inicios del siglo pasado, la costa norte fue la región a la que más población se trasladaba a vivir cuando llegaron las bananeras. Después, Tegucigalpa despegó como polo de atracción más fuerte a partir de 1970”.

Navarro habló sobre las consecuencias que trae el exceso de traslados de personas del campo a la ciudad en Honduras.

“La migración interna de la zona rural a la ciudad creó otra categoría de población, que es lo que se le llama población marginal urbana. O sea aquella que llega a la ciudad, pero no vive con las mismas condiciones que la mayoría de la zona urbana, pues faltan los servicios básicos como el agua, a veces la energía eléctrica y en algunos casos hasta sanitarios”.

El sociólogo dio un ejemplo de lo que las migraciones internas pueden significar para una ciudad. “De 1976 a 1989 en Tegucigalpa se crearon 187 colonias, producto de invasiones.

Esto es una muestra de cómo crece la población en las ciudades debido a la falta de oportunidades en el campo.

Muchas de las personas que se mudaron de la zona rural a la urbana quizás no lograron tener el éxito esperado, pero aún así se resisten a regresar a su lugar de origen por la esperanza de que pueden triunfar o que la situación puede mejorar”.

Entérese

Destino Algunos de los departamentos en que más se reduce la población por la migración interna son El Paraíso e Intibucá. A El Paraíso llegaron 46,455 y se fueron 88,632, por lo que la población decreció 42,177 habitantes. Mientras que a Intibucá llegaron 8,253 y se fueron 42,606, por lo que ahora hay 34,353 habitantes menos.

Mudanza En Ocotepeque y Olancho, la población decreció en casi 30 mil personas. A Ocotepeque se mudaron 11,795, pero se fueron 40,695, por lo que la población disminuyó 28,900 personas, mientras que a Olancho llegaron 74,211 y se fueron 101,891, o sea hay 27,680 personas menos en este departamento.

Llegada Otros de los departamentos a los que más migración interna hay son Yoro con 113,625; Colón, 93,685; Santa Bárbara, 80,466; Olancho 74,211; Comayagua, 72,254; El Paraíso, 46,455; Copán, 34,407; Lempira, 18,551; La Paz, 16,760; Ocotepeque, 11,795; Intibucá, 8,253 y Valle, 25,776.

MARCHA Otros de los departamentos de los que más se van los pobladores son Cortés 130,867; Copán, 122,900; Yoro, 120,037; Olancho, 101,891; Atlántida, 90,717; El Paraíso, 88,632; Comayagua, 84,313; Lempira, 79,444; Valle, 75,798 y Colón, 62,347.