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El papa Francisco invita a vestirse de humildad

  • 29 marzo 2013 /

El pontífice rompió el protocolo al hacer la misa del Jueves Santo de Roma en una cárcel y lavar los pies de dos muchachas.

Pareciera que el papa Francisco con cada palabra y gesto trata de enviar un mensaje de humildad y renovación en la Iglesia Católica y ayer lo hizo una vez más en el Vaticano, durante la celebración de la misa crismal que se realiza el Jueves Santo.

El pontífice hizo un nuevo llamado a los sacerdotes en especial para que dejen de lado cualquier tristeza y se pongan al servicio de los pobres y los más necesitados en todo momento

Ante 1,600 religiosos, entre ellos varios cardenales y obispos, congregados en la basílica de San Pedro, el nuevo Papa, de origen argentino, quiso transmitir a los presentes durante la homilía su visión de lo que debe ser la Iglesia y animó al clero a “salir de sí mismo”, un principio que ha repetido en varias ocasiones desde que fue elegido pontífice el pasado 13 de marzo.

“Es bueno que la realidad misma nos lleve a ir allí donde lo que somos por gracia se muestra claramente como pura gracia, en ese mar del mundo actual donde solo vale la unción -y no la función- y resultan fecundas las redes echadas únicamente en el nombre de Aquel de quien nos hemos fiado: Jesús”, dijo el Papa.

Francisco fustigó en su mensaje de la misa crismal a los sacerdotes tristes, que terminan por ser un intermediario o un “gestor” y que “no se juegan la piel ni el corazón”.

“Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor ‘ya tienen su paga’, y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón”, advirtió.

Mensaje de renovación

La misa se celebró como parte de los actos del Jueves Santo, día en que se conmemora en el cristianismo la última cena de Cristo con sus discípulos antes de su detención y su crucifixión.

El papa Francisco, con su ya característico estilo directo y claro de dar su mensaje religioso manifestó que llamó a los sacerdotes a ser pescadores de hombres, como en uno de los pasajes de la biblia se especifica que dijo Jesús.

“De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con ‘olor a oveja’, pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres”.

En su homilía a los prelados el Papa jesuita reiteró los principios ilustrados por él mismo, cuando solo era el cardenal argentino Jorge Bergoglio a los purpurados reunidos en el Vaticano en asambleas previas al cónclave para la elección del nuevo pontífice.

“Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma”, advirtió.

En su homilía, el Papa latinoamericano, llamó a los sacerdotes a llegar a “las periferias, donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe”, afirmó.

A los prelados romanos los incitó a vestirse con el manto de la humildad para dar el ejemplo y para aprender.

“Con nuestra humilde casulla, puede hacernos bien sentir sobre los hombros y en el corazón el peso y el rostro de nuestro pueblo fiel, de nuestros santos y de nuestros mártires”, dijo el Papa quien después de la homilía bendijo los aceites santos que se usan para los sacramentos, como los bautizos y para los enfermos.
Rompiendo todo protocolo

Por primera vez un papa ofició la misa del Jueves Santo en una cárcel y no en la basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral de Roma y la que le pertenece al papa Francisco como obispo de la misma.

Pero él todavía no ha tomado posesión de San Juan de Letrán (lo hará el 7 de abril), por lo que el Vaticano había anunciado que se celebrarían los oficios del Jueves Santo en la basílica de San Pedro.

Pero el Papa rompió, una vez más, el protocolo y decidió hacerlo en un reformatorio de menores, que ya visitó en 1980 Juan Pablo II y en 2007 Benedicto XVI, en el que se encuentran recluidos 46 jóvenes, de ellos 35 varones y once mujeres de entre 14 y 21 años.

El papa Francisco ofició en la cárcel romana de menores de Casal del Marmo la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo, durante la cual lavó los pies a doce jóvenes allí recluidos, entre ellos dos muchachas, una católica y otra musulmana, emulando lo hecho por Jesús con los doce apóstoles. Pocas horas antes, el defensor de menores de la región Lazio, Angiolo Maronni, había asegurado que el Papa tendría este gesto, el cual fue algo inédito.

El pontífice aseguró que el lavatorio de los pies “es una caricia de Jesús” e hizo énfasis en que: “entre nosotros quienes está más alto debe estar al servicio de los otros y eso es lo que hago yo lavando los pies, un deber como obispo y como sacerdote”.

Justo antes de empezar, el pontífice manifestó que el lavado de pies es algo que hace con amor. “Esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago. Es mi deber, me sale del corazón y amo hacerlo”. El Obispo de Roma lavó los pies arrodillado, después los secó y los besó. Durante el intercambio de la paz, besó a los doce jóvenes. También dio personalmente la comunión.

Francisco dijo sentirse “feliz” entre los muchachos y dijo que “las cosas del corazón son así” y dirigiéndose directamente a ellos les dijo: “No dejaros robar la esperanza, siempre con la esperanza por delante, ¿entendido?”.
Un Papa incómodo

El vaticanista Marco Politi, se refirió a las conductas del papa Francisco, quien en sus pocos días como pontífice ya ha dejado claro su deseo de ser el primer ejemplo de cambio en la Iglesia Católica.

“Es un Papa incómodo. Por ahora en el Vaticano lo rodean con aprecio, pero si sigue comportándose como un ‘obispo pobre’ comienza a irritar a los prelados más conservadores”, consideró Politi.

El deseo de transparencia, la autorización de divulgar su pensamiento antes y después de su elección como Papa, forma parte de un nuevo estilo, que se suma al rechazo a los mocasines rojos papales, así como no pasar a vivir “por el momento” al lujoso apartamento de los Papas dentro del palacio apostólico del Vaticano. “Es sobrio y no lo exhibe”, recalcó el vaticanista.

Colocan foto gigante del Papa en Buenos Aires

Buenos Aires, Argentina. Sin duda los argentinos están orgullosos de que el nuevo papa de la iglesia Católica sea su compatriota Jorge Mario Bergoglio, quien era arzobispo de Buenos Aires, y como prueba de ello ahora el gobierno de la capital ha colocado una foto gigante de quien ahora es el papa Francisco.

La imagen es acompañada por la leyenda que dice: “La ciudad celebra con orgullo y alegría al papa Francisco”.

Esta valla mide 88 metros de ancho por 34 metros de alto, según informó en un comunicado el Ministerio de Cultura de Buenos Aires.

El cartel, hecho en tela, fue colocado en la mañana de ayer, Jueves Santo, sobre la fachada del Edificio del Plata, sobre la Avenida 9 de Julio, una de las principales de Buenos Aires.

Cuando el cartel sea retirado de su actual ubicación, la tela será utilizada para confeccionar bolsas que posteriormente serán subastadas y su producto destinado a la Vicaría de Villas, una institución de la Iglesia Católica de Buenos Aires dedicada a la atención de los barrios más pobres de la ciudad, cuya labor pastoral ha sido fuertemente apoyada por Bergoglio.

“Es un gesto de Buenos Aires celebrando así al papa Francisco y al mismo tiempo haciendo un ejercicio de solidaridad con los más humildes”, dijo Hernán Lombardi, quien es el ministro de Cultura porteño.