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09:27 PM

Crédulos se refugian en montañas y búnkeres

  • 21 diciembre 2012 /

Hoy se cierra un ciclo maya, mientras miles de personas en el mundo viven profecías apocalípticas

En las majestuosas ruinas de Tikal, en las Ruinas de Copán y en otras ciudades mayas de México, Belice y El Salvador iniciaron ayer las ceremonias del cambio de era en el calendario maya, una maratónica jornada que culmina al amanecer del viernes y que tiene a medio planeta revuelto por las interpretaciones de un fin del mundo inminente.

Hoy, en el solsticio, los mayas cierran una era de 5,200 años y le darán la bienvenida a un nuevo ciclo, acontecimiento que dio lugar a interpretaciones apocalípticas, impulsó a crédulos alrededor del mundo a refugiarse en montañas o búnkeres y llevó a Gobiernos a tener que explicar una y otra vez que el mundo -y su carga de seres humanos- seguirá allí el sábado.

La fiebre apocalíptica, desatada por Hollywood y sus superproducciones habituales, fue aprovechada por empresarios y Gobiernos para atraer turistas a los sitios arqueológicos de Guatemala, Honduras, sur de México, Belice y El Salvador, territorios donde se asentó el imperio maya, una cultura con vasto legado de conocimientos de impacto mundial que llevaba siglos en decadencia cuando llegaron los conquistadores españoles.

¿Qué pasará?
Animado en buena parte por grandes producciones a lo Hollywood que explotaron el siempre vendible ángulo de un fin del mundo inminente, el 21 de diciembre tiene revuelto al mundo.

Algunos se han refugiado en montañas, como ocurre en Serbia, Brasil o Francia. En China están detenidos un millar de miembros de una secta cristiana que predice cataclismos. En Estados Unidos o en Rusia se han preparado búnkeres con grandes raciones de comida.

En Argentina, por temor a suicidios, se prohibió el acceso a una montaña que muchos consideran cargada de energía espiritual. El origen de la controversia se halla en una piedra tallada encontrada en el sitio mexicano de Tortuguero, que alude a un evento místico en el solsticio de este diciembre.Debido al riesgo de pánico, especialistas y líderes mayas, Gobiernos -entre ellos los de Estados Unidos y Rusia- y hasta la agencia espacial estadounidense Nasa han explicado una y otra vez que no sucederá nada extraño. Según el calendario maya, lo que ocurrirá este solsticio es la culminación de la cuenta larga de 13 ciclos con que medían el tiempo, el baktun, cada uno de 400 años.

La Nasa insiste: no hay fin del mundo

La Nasa se ha visto obligada a impartir su pedagogía científica para combatir los rumores apocalípticos. En realidad lleva mucho tiempo intentando aclarar pacientemente que nada sucederá hoy, al menos ningún cataclismo cósmico, como el choque de la Tierra con otro planeta, el impacto de un asteroide gigante o una llamarada solar que acabe con nuestra civilización.

Pero, por increíble que parezca, todavía hay gente que teme que algo tremendo caiga sobre sus cabezas el 21 de diciembre. La página web de David Morrison, director del Centro Carl Sagan de la Nasa, llamada “Ask an Astrobiologist” (“Pregúntale a un astrobiólogo”) y dedicada a combatir los rumores sobre 2012, ha recibido más de 5,000 preguntas sobre este asunto, consultas que se hicieron más numerosas a medida se aproximaba la fecha “fatídica”, o sea este día. Morrison ha respondido a 400 de estos correos y hace unos días ofreció junto con otros científicos de la agencia espacial una conferencia de la mano de Google + para tratar de calmar a los más asustados y explicar por qué no hay nada que temer. Esos miedos se basan en unas malas interpretaciones del calendario maya.

El día 21, fecha del solsticio de invierno, termina un ciclo del calendario llamado baktun 13. Aunque los arqueólogos y expertos coinciden en que los antiguos mayas no se referían a ese día como apocalíptico, los rumores se han extendido con facilidad. “Esto es solo una fantasía fabricada”, asegura Morrison. Pero con consecuencias en la vida real. El científico ha recibido un amplio número de correos electrónicos de personas preocupadas por lo que pueda suceder, especialmente jóvenes y niños.

Algunos dicen que no pueden comer o dormir por su angustia y, lo que es mucho más grave, incluso hay quien ha expresado tendencias suicidas. “Para muchas personas, esto (el fin del mundo en 2012) resulta una broma, otras lo ven como un misterio, pero hay algunas que están verdaderamente preocupadas”, dice el astrobiólogo.