Aún tiembla cuando recuerda que estuvo a punto de morir en manos de su esposo. Dilcia, no olvidará la tarde del 30 de julio, cuando fue atacada por aquel hombre, quien en estado de ebriedad, la amenazaba con una pistola.
“¡Ayúdenme!” gritaba la mujer. Con su voz desesperada buscaba librarse de la furia de su compañero de hogar. Los vecinos escucharon los gritos y alertaron a las autoridades, la llegada de una patrulla la libró de ser una víctima mortal más de violencia doméstica. En Cofradía, la Policía atiende seis denuncias semanales por violencia doméstica. El delito ha ido en aumento, mientras que los homicidios se han reducido desde que 60 de los 77 patronatos de barrios y colonias se organizaron y decidieron apoyar la seguridad de su comunidad.
De los tres sectores más conflictivos de San Pedro, Cofradía tiene una particularidad: cuenta con un comité que apoya a la Policía y funciona desde enero de este año efectuando varias actividades como la donación de tres motocicletas para los patrullajes de los uniformados.
Los otros son Chamelecón y Rivera Hernández donde campea la inseguridad.
En Cofradía, ahora, trabajan en el proyecto de construcción de dormitorios para los policías.
La violencia
Las colonias Brisas del Valle, 24 de Abril, Vida Nueva y Ojo de Agua, se ubican dentro de las zonas de riesgo en Cofradía. Los hechos violentos que se han escenificado en estos lugares les hacen aparecer como puntos críticos.
El trabajo conjunto entre Policía y la ciudadanía, ha dado como resultado la disminución de los índices de homicidios, secuestros y delincuencia común. “Era imparable la cantidad de muertes que se reportaban en varios sectores. Esos hechos nos hicieron reaccionar y decidimos dejar de observar los problemas y buscar soluciones.Anduvimos de barrio en barrio y colonia en colonia. Al final nos integramos 60 patronatos y eso ha contribuido a bajar la incidencia delictiva. Todos somos vigilantes de la seguridad de nuestros barrios y prevenimos hechos que antes nos hacían aparecer como violentos”, expresó Daniel Caballero, presidente del comité.
El trabajo organizado que ha desarrollado el comité en Cofradía, no sólo es en apoyo a las autoridades, sino también como fiscalizadores del trabajo policial.
Y ha servido para que organizaciones extranjeras conozcan la experiencia de este modelo de participación ciudadana y decidan apoyarlos para fortalecer el trabajo.
Vigilancia
El distrito 28 que lo conforman tres postas ubicadas en Brisas del Valle, Naco centro y la 9 de Mayo da respuestas a los 100 mil pobladores que viven en Cofradía. La mayoría de delitos que se registran son de delincuencia común y violencia doméstica. De las dos patrullas que tienen asignadas, sólo una está funcionando. La carencia de medios para el desplazamiento de los uniformados, se vio superada con la donación de tres motos.
“Tenemos algunas limitantes para operar en el sector, pero el apoyo del comité ha hecho que nuestra labor no se interrumpa y logremos un desplazamiento rápido por todo el sector.
Parte de la incidencia que se ha registrado se registra en el sector entre La Fortaleza y Naco, pero con un retén permanente en la zona, hemos controlado la incidencia delictiva”, afirmó Guillermo Rodríguez, subjefe del Distrito número 28.
Bandas operando
La captura en la aldea El Cacao en Cofradía, el 27 de mayo de la banda de secuestradores implicados en el asesinato del periodista Alfredo Villatoro, evidenció que las bandas delictivas, toman a Cofradía como guarida para sus acciones. “A Cofradía llegan las bandas a ejecutar acciones delictivas, la mayoría son bandas del casco urbano de San Pedro Sula. Nosotros estamos atentos a los movimientos de estos grupos e investigamos su accionar para evitar que vengan a establecerse a la zona”, dijo Rodríguez.
Vecinos denuncian que en Vida Nueva y Ojo de Agua hay una banda operando, los malvivientes asaltan a mujeres, por lo que las autoridades ante las denuncias, les siguen la pista. Uno de los lastres que fomenta la violencia, según los vecinos, es el narcomenudeo.
La venta de droga en pequeña escala se da en zonas marginales, y esto ha ocasionado que los jóvenes se conviertan no sólo en adictos al alucinógeno, sino también en vendedores del producto.
Violencia doméstica
La ingesta de bebidas alcohólicas cobra factura en varios hogares de Cofradía, las mujeres son víctimas de violencia doméstica. La mayoría no denuncian, pero otras cansadas de los maltratos sí lo hacen.
“Recibimos en promedio seis denuncias semanales de violencia. La última que nos llegó, nos hizo movilizar a toda la posta policial de la 9 de mayo”, explicó el subjefe de la posta policial.
El hecho se registró el 30 de julio, una llamada telefónica informaba que en una vivienda de la colonia 24 de abril un hombre maltrataba a su esposa. Al lugar se desplazaron tres agentes policiales.
Cuando llegaron a la vivienda el hombre salió pistola en mano y les disparó.
Los policías ante el ataque respondieron, lamentablemente el hombre salió mortalmente herido y tres horas después falleció.
En represalia, familiares del hoy occiso, llegaron hasta la casa de la mujer que denunció el hecho y le incendiaron la vivienda. La mujer ahora huye, denunciar el maltrato ocasionó no sólo la muerte de su pareja, sino también el odio en la familia del que fue su esposo.
Apoyan construcción de presidio
San Pedro Sula. No rechazan el proyecto de la construcción del nuevo centro penal de San Pedro Sula. Al contrario, el Comité de Apoyo a la Policía se prepara para contrarrestar el impacto que la instalación del reclusorio podría generar en Cofradía en materia de seguridad.
“No se trata de decir si es bueno o no para nosotros. Es una decisión tomada y ante los hechos, sólo nos queda prepararnos y medir el impacto que tendrá la ubicación del centro cerca de nuestra comunidad.
Es un tema que no escapa de la discusión que tenemos en las asambleas con los pobladores, pero vamos a apoyar la iniciativa y a tomar acciones para que el penal no sea un problema para nosotros”, apuntó Daniel Caballero, presidente del Comité de Apoyo a la Policía.
A pesar que el penal estará a 15 kilómetros de Cofradía, los pobladores temen un impacto y desde ya planifican como asegurar su comunidad.
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