26/04/2024
12:56 AM

Preocupa la encarnizada lucha entre nacionalistas

Analistas coinciden en que los conflictos internos de los nacionalistas solo son antes de las elecciones primarias.

Gobernar por segunda vez consecutiva está en manos de los nacionalistas. La historia podría cambiar y los registros ya no señalarían solo a Rafael Leonardo Callejas expresó su preocupación por la atomización interna de su Partido Nacional y más lo inquieta lo que pueda resultar después de las primarias, porque pueden quedar heridas difíciles de sanar.

“A los precandidatos jóvenes de mi partido les pido que estén prioritariamente conscientes de que después de las elecciones internas deben estar unidos e iniciar el diálogo desde ahora”, expresó en HRN el expresidente de Honduras (1990-1994).

Para Callejas, promotor del neoliberalismo, un partido que quede muy fraccionado tras las primarias muy difícilmente puede ganar las generales.

“Me preocupan las elecciones internas de los partidos porque nos hemos puesto una camisa de fuerza. Estas acciones de reforma son consecuencia de ello y esa experiencia nos debe servir para que no haya injerencia jurídica que evite esos extremos”, dijo.


Fraccionados

Un enorme porcentaje de popularidad en el pueblo hondureño es compartido por Ricardo Álvarez, alcalde de Tegucigalpa, y Juan Orlando Hernández, presidente del Congreso Nacional.

La estructura del Partido Nacional que es manejada por los diputados del Legislativo está en manos de Hernández; curiosamente son los que pidieron “más tiempo” para que los movimientos que no han llenado los requisitos ante el TSE (Tribunal Supremo Electoral) puedan hacerlo.

Las bases del nacionalismo están con Álvarez y Pastor; según analistas consultados, a este número hay que sumarle los miles de nacionalistas resentidos que se quedaron fuera del gobierno de Porfirio Lobo Sosa, quien decidió conformar un gabinete con los cinco partidos políticos para propiciar la reconciliación nacional.


La simpatía de la base
Aunque la popularidad no hace Presidentes, el analista político Raúl Pineda Alvarado cree que la base nacionalista simpatiza con el movimiento de Ricardo Álvarez, quien ha gobernado dos períodos consecutivos la Municipalidad de Tegucigalpa y fue secretario privado del expresidente Ricardo Maduro.

“Hernández podrá tener la estructura de los diputados y la mayoría de secretarios de Estado con él, pero no debemos desestimar a la base nacionalista, que trabaja incansablemente como activista político; esa base está con Álvarez. Más el nacionalista que Álvarez ha defendido porque se quedó fuera del gobierno de Lobo Sosa. Estos conforman un buen número”, manifestó Pineda.

La gran incógnita para este analista político es quién va a ganar las primarias de los nacionalistas.

“Juan Orlando Hernández tiene una estructura sin fondo y sin claridad. Los rumores de fraude son grandes en las primarias nacionalistas y ya sabemos que las elecciones son limpias; los que no son limpios son los escrutinios. Hay que tener mucho cuidado en esto porque este tipo de lucha encarnizada en el Partido Nacional nunca la había visto.

Mis análisis me llevan a creer que Miguel Pastor se unirá al movimiento de Álvarez, quien goza de alta popularidad. Este no es el tiempo de Pastor y por eso centro la lucha entre Hernández y Álvarez”, opinó Pineda Alvarado.

Para las próximas elecciones primarias del 18 de noviembre del presente año, ocho movimientos aguardan por el banderazo del TSE: Salvemos Honduras de Ricardo Álvarez, Por Mi País de Miguel Pastor, Azules Unidos de Juan Orlando Hernández, Auténtico Nacionalista de Fernando Anduray, Por una Nueva Honduras de Loreley Fernández, Acción Barnica del designado presidencial Víctor Hugo Barnica, Corazón Azul de Eva Fernández y Orden de los Reservistas de José Antonio Sorto.

“Son verdaderas tribus”

La falta de ideología ha llevado al Partido Nacional a protagonizar luchas internas que acaban en el olvido, según el reconocido político liberal Carlos Orbin Montoya.

Para este analista, el problema entre los nacionalistas es que el candidato ganador en las primarias se queda solo con el triunfo. Los otros quedan fuera.

“Los otros desaparecen como competidores por la lucha que se mantiene en el Partido Nacional. Los otros son verdaderas tribus, argollas, y le pongo un ejemplo: si Álvarez gana, Juan Orlando Hernández no tiene ninguna opción, o viceversa. Es una lucha encarnizada realmente. Y es por el poder que estos pleitos internos se están dando”, explicó Montoya.

Para el liberal, el Partido Nacional es más pragmático. “La dictadura de Tiburcio Carías Andino se ejercía por el poder, no por las realizaciones. No hay mucha filosofía. Hay que recordar que el Partido Nacional nace de una rebeldía de Manuel Bonilla, que era liberal, y eso es lo que lo ha determinado que sea un partido de oportunidades y no de ideología. Es un partido sin ideología, sin poder”.

En el reciente pasado ocurrieron luchas internas similares, que, como lo advirtió el expresidente Rafael Leonardo Callejas, no le dejan nada bueno al partido de la estrella solitaria. Hace un mes lanzó el mismo clamor que ahora suena redundante.

“Únanse, por favor, se los pedimos públicamente, desde el activista hasta los altos dirigentes del partido, eviten la confrontación pública, debatan entre ustedes, hagan propuestas al pueblo y organícense para ganar elecciones, pero con división no hay posibilidades”, les aconsejó el líder nacionalista. La historia es otra.


Capacidad para conciliar

Juan Ramón Martínez, analista político y excandidato a la presidencia por el Partido Democracia Cristiana, asegura que los nacionalistas tienen enorme capacidad para insultarse y luego ponerse de acuerdo.

“Veo muy mal esta situación entre los nacionalistas, pero tienen una gran capacidad para conciliar, es más difícil que se traicionen entre ellos, no tienen una figura como Manuel Zelaya en sus filas, como era el caso de los liberales. Al final los nacionalistas van a pactar”, auguró Martínez.

Parte de la euforia y la emotividad electoral acapara la atención de los ocho movimientos nacionalistas, pero, como mencionó Martínez, al final concilian las diferencias y van unidos a las elecciones generales.

“Uno de ellos va a ceder, puede ser el que gane o el que pierda, pero al final logran la unidad. Así son los nacionalistas. Potencialmente tienen la oportunidad de ganarle en las generales al Partido Liberal, pero en la medida que los liberales se olviden de la imagen de Zelaya y se defiendan de él pueden volver a gobernar el país”, analizó Martínez. Los ataques entre nacionalistas continúan.

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