02/05/2024
05:40 AM

Al año se diagnostican 160 niños con cáncer en el Rivas

Con una donación mensual de 30 lempiras es posible apadrinar a un niño con cáncer y ayudar a la fundación para su sostenimiento. Para más información puede llamar gratis al 2220-8432.

San Pedro Sula, Honduras.

La cantidad de niños a quienes se les detecta cáncer al año es alarmante y va aumentando. La Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer cuenta en promedio unos 160 menores a quienes se les diagnostica algún tipo de la enfermedad todos los años.

Solo en el Mario Catarino Rivas se atiende a 835 infantes que padecen la enfermedad; el más común es la leucemia linfoblástica aguda (LLA), un tipo de cáncer de la sangre y la médula ósea que surge cuando se producen demasiados linfocitos inmaduros (un tipo de glóbulo blanco) y empeora aceleradamente si no se trata a tiempo.

A escala nacional se trata a más de 4,000 infantes con la terrible folencia.

Otro tipo que se presenta con frecuencia en los niños son los tumores del sistema nervioso central.

Enfermedad costosa

El costo del tratamiento del cáncer puede superar los 110,000 lempiras al año, lo que la hace insostenible para familias con un ingreso mensual de 7,200, que es el sueldo mínimo. Ela Orellana, trabajadora social de la Fundación, explicó que en la mayoría de los casos, niños de escasos recursos presentan la enfermedad, pero eso no tiene ninguna causa especial.

“Quizás compran las primeras dosis, pero para las segundas posiblemente tengan que vender su casa, empeñar sus cosas o todo lo que puedan tener porque es un tratamiento largo y costoso que incluye medicamentos, quimioterapias, medicamentos de apoyo cuando tienen una infección y estos son más caros y no están al alcance de todos”.

Existen factores relacionados con la aparición del cáncer como defectos congénitos (no hereditarios), el más frecuente de los cuales es el síndrome de Down; factores ambientales como la contaminación; radiaciones; sustancias químicas y algunos virus.

Entre los síntomas más comunes están la fiebre prolongada y sin causa justificada, palidez en el rostro, palmas de las manos y pies, dolor de huesos, sangrados de nariz, encías, pequeñas heridas que tardan en coagular y dolor de cabeza.