La Ceiba, Honduras.
Al son de los tambores y de los bailes punta, yancunú y la parranda, la etnia garífuna conmemoró ayer 222 años de presencia afrodescendiente en Honduras.
El malecón fue el escenario donde se dieron cita centenares de personas para recrear su arribo a las costas abordo de una embarcación proporcionada por la Base Naval, la cual atracó trayendo consigo a los afrodescendientes ataviados con su tradicional vestimenta, su colorido y cultura viva.
Según la historia, un 12 de abril de 1797, alrededor de 5,000 garífunas llegaron a Punta Gorda, Roatán, deportados de la isla de San Vicente, gobernada por los ingleses, de esos sobrevivieron unos 2,500 al viaje. Desde ahí se expandieron por la costa caribeña centroamericana, aunque la mayoría se establecieron en Honduras.
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A los actos conmemorativos llegaron líderes como el diputado Tomás Ramírez, el alcalde Jerry Sabio y Zulma Valencia, presidenta de la Organización Negra Hondureña (Odeco), organizadora de los festejos. “Hoy nos vemos representados en esta conmemoración y nos sentimos orgullosos de nuestra etnia. Hemos avanzado en política porque tenemos gran representación garífuna. Tenemos una vicepresidenta en Costa Rica, 12 diputados en Honduras y dos alcaldes.En lo deportivo y en el campo profesional también hemos progresado”, dijo Ramíez. El congresista instó al Gobierno a que los incluyan en el plan de desarrollo. “Tenemos varios proyectos de electrificación, hemos pedido la pavimentación de San Juan y Triunfo de la Cruz en Tela. Reparación del puente en la comunidad de Nueva Armenia en Jutiapa y reconstrucción del bordo del río Papaloteca, siempre en Jutiapa, al igual que la carretera”, añadió Ramírez.
El presidente Juan Orlando Hernández y la primera dama Ana García estuvieron en Punta Gorda, Islas de la Bahía, celebrando el 12 de abril.
Colón. En Trujillo, reviviendo aquel momento histórico que los trajo a las costas de Honduras, los garífunas de esta localidad se congregaron en la playa del barrio Cristales para dramatizar aquel desembarco del 12 de abril de 1797.
Con un colorido desfile por la calle principal, los garífunas compartieron su alegría con diversos centros educativos, cuyas bandas de guerra hacían eco del sonar de los tambores y el caracol, instrumentos artísticos de esta grupo étnico.
“Exigimos la inmediata oficialización de las lenguas indígenas como lenguas oficiales de Honduras. Exigimos una educación intercultural bilingüe autónoma”, demandó Horacio Martínez, presidente de la Comunidad de Morenos Naturales de Cristales y Río Negro.
