28/04/2024
06:06 PM

Abuela y nietos cargan agua 3 kilómetros para paliar la carencia

La escuela Jacinto Meza Guillén en la colonia La Amistad no cuenta con el servicio de agua potable desde hace 2 meses.

San Pedro Sula, Honduras.

Doña María Felipa Lara es una anciana de 68 años. Todos los días se levanta a las 4:00 am, prepara alimentos para sus nietos y los alista para ir a la escuela.

Vive en el bordo del río Bermejo y a las 6:00 am sale con sus nietos rumbo a la escuela Jacinto Meza Guillén, en la colonia La Amistad, con la intención de que ellos y otros cinco niños que ella lleva reciban el pan del saber.

Sale de su casa de tablas de madera gastadas por el tiempo para recorrer parte del bordo, luego pasa debajo del puente Bermejo y atraviesa la quebrada. Recorre unos tres kilómetros hasta llegar al centro escolar.

Durante los últimos dos meses le ha tocado llevar cuatro galones de agua sobre sus cansados brazos con la intención de ayudar a los niños.

“Llevo agua para que se laven las manos y hagan sus necesidades”, dice doña María.

La mayoría de padres de alumnos de la escuela también llevan el líquido para que los niños puedan aliviarse. Natalia Barahona López, directora del centro educativo, comenta que han hecho los trámites con autoridades educativas y con Aguas de San Pedro, con la que la escuela tiene una deuda de más de L200,000.

“Pedimos a las autoridades correspondientes que nos ayuden. Esta situación se ha agudizado y tememos que los niños se enfermen”, dice.

El centro educativo alberga cerca de 200 alumnos.

Las autoridades de la Dirección Departamental de Educación de Cortés indican que el problema es que la escuela está registrada a nombre de la persona que donó el terreno. No obstante, la entidad ya dio una constancia a la escuela para que sea presentada a la Municipalidad y procedan a un cambio de nombre en el recibo de agua.

Sara Cruz, fiscal de la asociación de padres de familia, explica que ya fue a la alcaldía y a Aguas de San Pedro; espera que le den una respuesta pronto.

“Están violentando los derechos de los niños que residen en la zona”, concluye.