San Pedro Sula, Honduras.
En un edificio moderno, con tecnología de vanguardia y personal capacitado funcionará el Sistema Nacional de Emergencia 911 en San Pedro Sula.
Ya se hacen los últimos ajustes para que el próximo mes empiece a funcionar; aunque las primeras pruebas del sistema de monitoreo ya comenzaron.
LA PRENSA recorrió el lugar que cuenta con una sala de videovigilancia, área administrativa, zona de call center, sala de llamadas, despacho y enlaces, data center, sala video forense, clínica, cafetería y un espacio de capacitación; todo debidamente equipado y climatizado.
El centro de operaciones funcionará las 24 horas y los 365 días del año con 250 personas divididas en tres turnos de ocho horas. Habrá un coordinador del centro en la ciudad, también un director de operaciones y luego las distintas instancias. Todos ya fueron seleccionados, son civiles, y están listos para empezar.
El ministro de Copeco y director del 911, Lisandro Rosales, dice que el Valle de Sula aglomera 3.5 millones de hondureños y por ello tener un sistema de seguridad y emergencia integrado en esta región es de vital importancia.
Explicó que en este momento
todas las llamadas se están atendiendo en Tegucigalpa, pero a partir del primero de octubre se atenderán así: zona noroccidental y litoral del Atlántico se contestarán desde San Pedro Sula.
De Siguatepeque al sur se atenderán en Tegucigalpa. Esa división geográfica reducirá las llamadas que se reciben en la capital; pero se cuenta con la capacidad de atender 165 llamadas por minuto en San Pedro Sula y la misma cantidad en Tegucigalpa. “Nunca hemos llegado a esos niveles, aunque con las llamadas por molestar se satura el sistema”, detalló.
Listas las cámaras
En la Capital Industrial, 30 personas estarán recibiendo llamadas y el área de videovigilancia será atendida por 46 empleados que le pondrán ojo a la seguridad del Valle de Sula.
Rosales detalló que se ha trabajado en el sistema de comunicación interinstitucional; y los representantes de las 17 instituciones que permanecerán en el centro, y son los que se denominan despachadores, se comunicarán directamente con la unidad requerida. Toda las unidades están equipadas con GPS.
“La tecnología moderna que tenemos nos permitirá atender por sectores, hemos definido cuadrantes en la ciudad y se posicionarán los recursos para tener una respuesta rápida. Se ha llegado a bajar el promedio de atención a incidentes de 40 minutos hasta 12 minutos y en algunos casos hasta en 48 segundos se han atendido”, aseguró.
El funcionario dijo que tanto la Policía Nacional como la Militar están preparando sus grupos de respuesta inmediata, igual que las otras entidades que están involucradas. Las llamadas se georreferenciarán con apoyo de las empresas de telefonía, y en el caso de San Pedro, ayuda el tener una nomenclatura más clara que en otras partes del país. Para poder trabajar en el 911 se tienen que pasar una serie de pruebas: toxicológicas, polígrafo, socioeconómica y un compromiso de las personas. Las capacitaciones son en relaciones humanas, manejo de lenguaje policial y emergencia; el proceso es bastante extenso.
En un edificio moderno, con tecnología de vanguardia y personal capacitado funcionará el Sistema Nacional de Emergencia 911 en San Pedro Sula.
Ya se hacen los últimos ajustes para que el próximo mes empiece a funcionar; aunque las primeras pruebas del sistema de monitoreo ya comenzaron.
LA PRENSA recorrió el lugar que cuenta con una sala de videovigilancia, área administrativa, zona de call center, sala de llamadas, despacho y enlaces, data center, sala video forense, clínica, cafetería y un espacio de capacitación; todo debidamente equipado y climatizado.
El centro de operaciones funcionará las 24 horas y los 365 días del año con 250 personas divididas en tres turnos de ocho horas. Habrá un coordinador del centro en la ciudad, también un director de operaciones y luego las distintas instancias. Todos ya fueron seleccionados, son civiles, y están listos para empezar.
El ministro de Copeco y director del 911, Lisandro Rosales, dice que el Valle de Sula aglomera 3.5 millones de hondureños y por ello tener un sistema de seguridad y emergencia integrado en esta región es de vital importancia.
 Todo el dinero que se está utilizando proviene de la Tasa de Seguridad. El sistema de videovigilancia (cámaras) está incluido.
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De Siguatepeque al sur se atenderán en Tegucigalpa. Esa división geográfica reducirá las llamadas que se reciben en la capital; pero se cuenta con la capacidad de atender 165 llamadas por minuto en San Pedro Sula y la misma cantidad en Tegucigalpa. “Nunca hemos llegado a esos niveles, aunque con las llamadas por molestar se satura el sistema”, detalló.
El ministro de Copeco y director del 911, Lisandro Rosales, mostró las oficinas, entre ellas la sala de videoconferencia, el área de call center y de recepción del moderno edificio que comenzará a funcionar el próximo mes.
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En la Capital Industrial, 30 personas estarán recibiendo llamadas y el área de videovigilancia será atendida por 46 empleados que le pondrán ojo a la seguridad del Valle de Sula.
Rosales detalló que se ha trabajado en el sistema de comunicación interinstitucional; y los representantes de las 17 instituciones que permanecerán en el centro, y son los que se denominan despachadores, se comunicarán directamente con la unidad requerida. Toda las unidades están equipadas con GPS.
“La tecnología moderna que tenemos nos permitirá atender por sectores, hemos definido cuadrantes en la ciudad y se posicionarán los recursos para tener una respuesta rápida. Se ha llegado a bajar el promedio de atención a incidentes de 40 minutos hasta 12 minutos y en algunos casos hasta en 48 segundos se han atendido”, aseguró.
El funcionario dijo que tanto la Policía Nacional como la Militar están preparando sus grupos de respuesta inmediata, igual que las otras entidades que están involucradas. Las llamadas se georreferenciarán con apoyo de las empresas de telefonía, y en el caso de San Pedro, ayuda el tener una nomenclatura más clara que en otras partes del país. Para poder trabajar en el 911 se tienen que pasar una serie de pruebas: toxicológicas, polígrafo, socioeconómica y un compromiso de las personas. Las capacitaciones son en relaciones humanas, manejo de lenguaje policial y emergencia; el proceso es bastante extenso.
