28/04/2024
06:39 AM

Mineros amenazados por bajos precios y altos costos

El Mochito, Santa Bárbara, Honduras.

Qué sucedería si la compañía decidiera suspender o cerrar definitivamente las operaciones? “Sería un gran golpe para todos nosotros”, responde al unísono un grupo de hombres que todos los días realizan trabajos a más de dos mil pies bajo tierra.

En las últimas semanas, los mineros de El Mochito, Las Vegas, han estado angustiados porque han escuchado que la compañía Nyrstar se encuentra entre la espada y la pared: por un lado es presionada por la caída de los precios de los metales en el mercado internacional y por otro es afectada por los altos costos operativos que registra a causa de factores que no puede controlar.

“Esto es preocupante. Esta es la única fuente de trabajo que tenemos en el municipio. Yo estoy por irme (jubilarse), pero muchos compañeros saldrían seriamente afectados si la empresa cierra o decidiera suspender las operaciones”, dijo Marco Antonio Euceda (de 60 años) al ser entrevistado en la boca de la mina por periodistas de LA PRENSA. Euceda, padre de 11 hijos, ha cumplido 42 años de trabajar en la mina y en estos días se desempeña como operador de supervisión de la producción del yacimiento que ha sido explotado desde 1948 en esta aldea que, según vaticinios del minero más antiguo, “se convertiría en desierto si se va la empresa”.

Nyrstar, el mayor productor de zinc del mundo, adquirió en 2011 la operación de la mina que había estado, durante 20 años, bajo la posesión de la compañía Breakwater Resources, que tiene su base en Toronto, Canadá. Décadas anteriores, la explotó la estadounidense Rosario Mining Company.

Ricardo Sierra, presidente de Anamimh, muestra la broza de la cual extraen el concentrado y luego el metal refinado.
Al comenzar 2016, en un contexto de precios sumamente bajos, Nyrstar, a través del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), la Asociación Nacional de Minería Metálica de Honduras (Anamimh) y la Asociación Nacional de Industriales (Andi), comenzó a hacer lobby ante las autoridades del Gobierno en busca de apoyo para bajar la intensidad de las presiones.

“Nosotros no estamos pidiendo privilegios, queremos un apoyo. Necesitamos contar con un servicio de energía eléctrica estable y queremos que nos permitan comprar directamente los explosivos que usamos en la mina y otras condiciones”, dijo Ricardo Sierra, presidente de la Anamimh y gerente de relaciones interinstitucionales de Nyrstar en El Mochito.

En primera instancia, la Nyrstar aspira desde hace cuatro años que la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) le permita conectarse a una línea de transmisión de más voltaje para garantizar las operaciones en las horas pico (en la mañana y después de las cinco de la tarde), en el momento que hay más consumo en todo el país y cuando se presentan los cortes repentinos que causan estragos.

Nyrstar posee una planta de generación térmica (13.5 megavatios) que pone en marcha cuando hay cortes inesperados y ha invertido en los últimos cuatro años más de $6 millones en la construcción de una subestación que espera conectar a la línea de la Enee que transmite 69 vatios. Actualmente recibe energía de Cañaveral por medio de una línea de 34 vatios.



“Si la mina se queda sin energía ocho horas, se inunda. Nos causaría una pérdida millonaria”, dijo Sierra. “Por cada tonelada de mineral, se extraen 17 de agua”.

La energía es el alma de la operación, pues la compañía la emplea en todos los procesos, por ejemplo, para bombear constantemente agua, desde una profundidad de más de tres mil pies, que brota en la medida que los mineros detonan explosivos y abren las vetas.

A la vez, la emplea para introducir maquinaria, transportar herramientas y llevar ventilación. Gracias a la energía traslada los fragmentos de roca por medio de unas bandas metálicas, los tritura, y los muele hasta convertirlos en broza a la cual le extrae el concentrado mineral el cual es exportado a mercados como el chino.

Nyrstar, compañía de Bélgica con oficinas corporativa en Zürich, Suiza, extrae fundamentalmente zinc de la mina y dos subproductos, plomo y plata. Los tres metales han caído en el mercado internacional. Los primeros explotadores, que operaron entre 1848 y la década de 1960, lograron un mejor momento porque la mina, por estar en el nivel cero, a flor de tierra, generaba oro y plata. Ahora, cuando ya no existe el metal brillante, Nyrstar debe hacer inversiones cuantiosas todos los días en exploración y extracción. Uno de los altos costos es determinado por los explosivos. En los últimos dos años ha observado un incremento es este material porque se lo compra a las Fuerzas Armadas, una institución que tiene como proveedora a una empresa intermediaria.

Con la intención de bajar los costos, la compañía le ha solicitado al Gobierno un permiso para, con supervisión de las Fuerzas Armadas, comprarle los explosivos directamente al fabricante.

En 2016, para continuar buscando depósitos de mineral, la empresa tendrá que gastar cuatro millones de dólares,

una cifra que podría reducirse en 50%, por lo menos, si comprara los explosivos al fabricante.

Dustin Van Doorselaere, gerente general de la compañía, le confirmó a LA PRENSA “que la mina de El Mochito opera con pérdidas por los precios deprimidos de los metales y por altos costos”. VanDoorselaere cree que el Gobierno de Honduras “puede tomar decisiones para apoyar la industria”.

El minero Euceda, quien gana L50,000 al mes coincide con VanDoorselaere. “Esta empresa trae desarrollo a la comunidad”.