26/04/2024
05:09 PM

Se disparan las importaciones de productos de consumo

San Pedro Sula, Honduras

Los hondureños con mayor poder adquisitivo (clase media y alta), que en los últimos cinco años se mantuvieron cautelosos por la crisis económica, incrementaron el año pasado las importaciones de algunos productos que, desde la óptica de la familias de menos ingresos, son verdaderos lujos.

Agua mineral de Francia, quesos de Suiza, embutidos de Italia, caviar de Marruecos o Tailandia, pescado de China o Canadá son, entre otros, los productos que compran para satisfacer sus patrones de consumo.

Por ejemplo, en 2005 importaron quesos pasta azul y roquefort por una suma de $11,909. En 2015, esa cifra se disparó a $56,432.

Vistas de manera individual, esas cifras son mínimas, pero la suma de todos los dólares pagados por el conjunto de lácteos traídos de una decena de países asciende a una cantidad superior.

El año pasado, además de los pasta azul y roquefort, los hondureños con solvencia económica compraron al menos $8,000,000 (L.180,000,000, aproximadamente) de quesos mozzarella, cheddar, fundido y en polvo, de acuerdo con cifras de la base de datos del Banco Central de Honduras (BCH).

Marco Tulio López, catedrático de Finanzas de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH), es del criterio que el consumo de esta categoría de productos ha sido impulsado por diversos factores.

“Posiblemente es la consecuencia de que no hay un límite para las importaciones, hay suficientes reservas internacionales líquidas y hay una economía líquida por el dinero proveniente de actividades ilícitas”, plantea López.

Adherido a esas variables, considera López, “el modelo de fijación de tipo de cambio ha disminuido la devaluación en los últimos años y esto ha conllevado a cometer excesos en el gasto de divisas”.

En San Pedro Sula y Tegucigalpa, las dos ciudades con mayor desempeño económico, parte de esos productos son comercializados en las cadenas de supermercados que se expandieron en la última década.

Los tratados de libre comercio suscritos con Estados Unidos y otros países, más el acuerdo de asociación con la Unión Europea han impulsado el consumo por la eliminación o reducción de aranceles que antes encarecían los productos.

La apertura comercial también ha permitido a los consumidores adquirir productos extranjeros (equivalentes o similares) que también son producidos en Honduras.

Los supermercados en los últimos dos años han comercializado (en grano tostado o en polvo) el café colombiano Juan Valdez, que goza de prestigio mundial.

En las tiendas de conveniencia de algunas gasolineras de San Pedro Sula, para el caso, los hondureños adquieren por más de L.60.00 ( $2.69) un bote de 9.5 onzas de café frappuccino elaborado en Estados Unidos por la empresa Starbucks, que hace un par de años registró las marcas de sus bebidas frías .

En Honduras, Starbucks les compra a los productores nacionales café que también exportan a otros mercados donde tienen cafeterías.

Rafael Delgado, economista y catedrático de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), cree que estos patrones de comportamiento obedecen a que “en Honduras no se ha desarrollado una marca propia, como Juan Valdes de Colombia, que pueda posicionarse en el mercado para contrarrestar las extranjeras”.

“Hay un segmento de la clase alta que consume fuertemente estos productos porque tienen otros patrones de consumo, pese a la crisis económica”, considera.

En 2015, según el Banco Central de Honduras, hubo mayor importación de refrigeradoras y otros artículos para el hogar. Los productos hechos en China, como los juguetes, han dejado de ser una novedad. Ahora son comercializados en todas las tiendas.

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El informe “Comercio exterior de mercancías generales” del BCH indica que en 2015 la factura de bienes de consumo comprados al exterior registró un saldo de $2,953.4 millones (31.3% del total de todas las importaciones). Las compras al extranjero de este tipo de artículos creció en $295.1 millones en contraste con la cifra de 2014.

El saldo de este renglón de mercancías, según el análisis del BCH, incrementó porque hubo más compras de consumo semiduraderos.

Las importaciones de bienes de consumo semiduraderos aumentaron en $154.5 millones (14.1%) porque los hondureños compraron más automóviles (tipo turismo), motocicletas (incluidas mototaxis), estufas, refrigeradores, teléfonos móviles y artículos de prendería para uso personal.