Tegucigalpa, Honduras.
En un ambiente revestido de solemnidad, espiritualidad y fe, decenas de sacerdotes de la arquidiócesis de Tegucigalpa renovaron sus votos de servicio a Cristo y a la iglesia en la misa crismal que tradicionalmente se celebra el Jueves Santo.
El solemne oficio religioso estuvo presidido por el arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, y el obispo auxiliar de esta diócesis, Juan José Pineda, en la basílica menor de Nuestra Señora de Suyapa.
El recinto religioso lució abarrotado de miles de católicos que se dieron cita en el lugar para confesar y renovar su fe en Jesucristo.
La misa crismal (o de la santa unción) es presidida por el obispo y concelebrada con los prebíteros de la diócesis en la que se consagra el santo crisma y los restantes oleos para los enfermos y los que se bautizan.
Tras la homilía, el cardenal invitó a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la iglesia, al tiempo que los exhortó a ser fieles ministros de Jesucristo y a ser misioneros que portan la antorcha de la fe.
En su mensaje, el líder de la iglesia católica lamentó que Honduras sufre las heridas de la pobreza, la violencia, del crimen organizado, la indiferencia de muchos, la impunidad, la división y hasta el odio.
Todo esto puede generar desesperanza; sin embargo, dijo que los sacerdotes son los responsable de llevar la alegría de la fe, que genera un mensaje alegre y lleno de esperanza.
'Somos portadores de esa palabra que tiene en sí misma la fuerza para resucitar aun a los que está muertos', aseveró.
El obispo agradeció a los sacerdotes por su trabajo, sacrificio, amor y celo pastoral por sus rebaños y los exhortó a seguir adelante a pesar de los riesgos y peligros que implica seguir a Jesucristo y remar mar adentro.
A los laicos los exhortó a orar por sus sacerdotes, ministros y obispo y por el papa Francisco y que siempre tengan una palabra de gratitud a Dios.
En un ambiente revestido de solemnidad, espiritualidad y fe, decenas de sacerdotes de la arquidiócesis de Tegucigalpa renovaron sus votos de servicio a Cristo y a la iglesia en la misa crismal que tradicionalmente se celebra el Jueves Santo.
El solemne oficio religioso estuvo presidido por el arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, y el obispo auxiliar de esta diócesis, Juan José Pineda, en la basílica menor de Nuestra Señora de Suyapa.
El recinto religioso lució abarrotado de miles de católicos que se dieron cita en el lugar para confesar y renovar su fe en Jesucristo.
La misa crismal (o de la santa unción) es presidida por el obispo y concelebrada con los prebíteros de la diócesis en la que se consagra el santo crisma y los restantes oleos para los enfermos y los que se bautizan.
Tras la homilía, el cardenal invitó a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la iglesia, al tiempo que los exhortó a ser fieles ministros de Jesucristo y a ser misioneros que portan la antorcha de la fe.
En su mensaje, el líder de la iglesia católica lamentó que Honduras sufre las heridas de la pobreza, la violencia, del crimen organizado, la indiferencia de muchos, la impunidad, la división y hasta el odio.
Todo esto puede generar desesperanza; sin embargo, dijo que los sacerdotes son los responsable de llevar la alegría de la fe, que genera un mensaje alegre y lleno de esperanza.
'Somos portadores de esa palabra que tiene en sí misma la fuerza para resucitar aun a los que está muertos', aseveró.
El obispo agradeció a los sacerdotes por su trabajo, sacrificio, amor y celo pastoral por sus rebaños y los exhortó a seguir adelante a pesar de los riesgos y peligros que implica seguir a Jesucristo y remar mar adentro.
A los laicos los exhortó a orar por sus sacerdotes, ministros y obispo y por el papa Francisco y que siempre tengan una palabra de gratitud a Dios.
| Decenas de sacerdotes renovaron su voto en la arquidiócesis de Tegucigalpa.
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