San Pedro Sula, Honduras.
La mayoría de centros penales de Honduras son un peligro latente por la falta de control, hacinamiento y otras condiciones inadecuadas en las que viven miles de privados de libertad.
El Informe Anual a la Nación 2015, elaborado por el Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (MNP-Conaprev), dice que en varios de los 25 centros penales del país son los reos quienes ponen las reglas.
“Persisten en algunos centros los autogobiernos al interior de los mismos y, ante el silencio de las autoridades, continúan siendo los mismos privados de libertad quienes aplican códigos disciplinarios extralegales”, dice el informe.
Otro gran problema es el hacinamiento extremo.
Según el Conaprev, al cierre de 2015 hay 16,150 reclusos en cárceles hondureñas, aunque el sistema penitenciario solo tiene capacidad para 8,000 reos.
“En el país hay el doble de privados de libertad de los que se tiene capacidad para alojar”, expresó Odalis Nájera, comisionada del Conaprev.
Según la funcionaria, es un error creer que construir más cárceles bastaría para solucionar el problema.
“Si hacen más cárceles se llenarán igual, pues se trata a la gente como culpable antes de ser juzgada. La solución es cambiar el sistema. En la cárcel solo deben estar la gente de la que hay certeza que delinquió”, explicó Nájera a Diario LA PRENSA.
La estadística respalda esta teoría, pues del total de presos en Honduras, el 54.16% solo están procesados y apenas el 45.84% está condenado.
La mayoría de centros penales de Honduras son un peligro latente por la falta de control, hacinamiento y otras condiciones inadecuadas en las que viven miles de privados de libertad.
El Informe Anual a la Nación 2015, elaborado por el Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (MNP-Conaprev), dice que en varios de los 25 centros penales del país son los reos quienes ponen las reglas.
“Persisten en algunos centros los autogobiernos al interior de los mismos y, ante el silencio de las autoridades, continúan siendo los mismos privados de libertad quienes aplican códigos disciplinarios extralegales”, dice el informe.
Otro gran problema es el hacinamiento extremo.
Según el Conaprev, al cierre de 2015 hay 16,150 reclusos en cárceles hondureñas, aunque el sistema penitenciario solo tiene capacidad para 8,000 reos.
“En el país hay el doble de privados de libertad de los que se tiene capacidad para alojar”, expresó Odalis Nájera, comisionada del Conaprev.
Según la funcionaria, es un error creer que construir más cárceles bastaría para solucionar el problema.
“Si hacen más cárceles se llenarán igual, pues se trata a la gente como culpable antes de ser juzgada. La solución es cambiar el sistema. En la cárcel solo deben estar la gente de la que hay certeza que delinquió”, explicó Nájera a Diario LA PRENSA.
La estadística respalda esta teoría, pues del total de presos en Honduras, el 54.16% solo están procesados y apenas el 45.84% está condenado.
Precariedad
Conaprev reveló que hay proveedores que dan alimentos en mal estado en algunas cárceles e incluso hallaron prisiones donde el agua suministrada estaba contaminada hasta por heces fecales.
“Se han encontrado casos donde los proveedores, amparándose en los retrasos en los pagos por entrega de alimentos, entregan productos en mal estado”, dice el informe.
Además, Conaprev señala que aún hay en el interior de las cárceles armas y violencia, tanto entre internos como entre estos y miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, llegando algunos casos a resultar en muertes.
En un informe el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), Roberto Herrera, lamentó que solo en los últimos cuatro años hubo unas 470 muertes en diferentes hechos en las cárceles hondureñas.
También el Conadeh afirmó que en los centros penales “hay hacinamiento, inseguridad interna que deriva en muertes. Hay carencia de medios de rehabilitación, hay introducción de armas, drogas y licores. Hay fugas, un régimen disciplinario en manos de algunos internos y el desentendimiento del Estado sobre su responsabilidad con los privados de libertad”, dice Conadeh.
En reacción, autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) dijeron que sí hay cosas que mejorar, pero negaron que los reos pongan las reglas en las cárceles.
“No hay una cárcel en el país en la que no tengamos el control externo e interno. Es nuestro trabajo. Buscamos mejorar cada día”, afirmaron.
