“Wayabiña Maria luguchu gudemehabu” (“Aquí venimos, María madre de la misericordia”), con esta consigna, al son de los tambores y las maracas, la comunidad garífuna hizo su entrada triunfal a la Basílica Menor para rendirle tributo a la Virgen de Suyapa.
Vestidos de amarillo, como signo de alegría, los visitantes dejaron pequeños distintivos negros para recordar a los que fallecieron el año anterior.
Las voces agudas de las mujeres despertaron la emoción de los devotos, que fueron partícipes de una eucaristía única, llena de color y alegría que se viene desarrollando desde hace ya 23 años, cuando el primer grupo visitó a la Morenita en su casa.
Desde Trujillo, La Ceiba y San Pedro Sula, 600 garífunas se dieron cita en una muestra de devoción que representa el poder de convocatoria y la fe de todos los catrachos de corazón.
Guillermo Tomas, coordinador de Arquidiócesis de Tegucigalpa, explicó que todas las razas del mundo deben adorar a Dios en su propia lengua y ellos se honran en ser parte de la celebración anual a la Virgencita.
“Lidan Liri uguchili, iragu afurugu gunfuliti, italara”, bendijo el obispo de La Ceiba, Miguel Leninham, para luego traducir: “En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, amén”.
Los ritmos de sus danzas acompañaron los cantos que llenaron de regocijo cada momento de la eucaristía.
La emotiva ceremonia arrancó de sus butacas a los presentes, quienes no perdían detalle de la majestuosa manera de exaltar a la madre de Jesús.
De amarillo y negro, en señal de alegría por la visita y luto por los que dejaron esta tierra, danzaron los invitados.
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La comunidad garífuna ofreció alimentos de su tierra ante el altar de la patrona de Honduras.
Suculentas tabletas de coco, cazabe, pescado, pan de banano y coco fueron depositados en el altar y bendecidos por el sacerdote con el objetivo de pedir abundancia para toda su comunidad.
Al final, monseñor Leninham les deseó un feliz retorno a sus hogares y ellos dijeron adiós a la “Suyapa Würiraütu” o “Morenita de Suyapa”.
La semana pasada iniciaron las celebraciones por el hallazgo de la patrona de Honduras, la Virgen de Suyapa, quien arriba el próximo tres de febrero a su 269 aniversario.
Las actividades de celebración se extenderán hasta el siete de febrero, el martes tres será la gran alborada a la que asisten miles de hondureños en la Basílica de Suyapa, en Tegucigalpa, con júbilo y devoción ante la presencia de la patrona de Honduras.