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Expertos instan a 'desarmar la violencia' en Honduras

  • 11 septiembre 2015 /

Small Arms Survey considera como 'muchas' las 5 armas de fuego que un ciudadano puede tener por ley en Honduras.

Tegucigalpa, Honduras

Expertos en armamento y promotores de la paz recomendaron hoy en Tegucigalpa 'desarmar la violencia' en Centroamérica, región que registra unos 4,2 millones de armas de fuego.

Matthias Nowak, de la organización Small Arms Survey, consideró como 'muchas' las 5 armas de fuego que un ciudadano puede tener por ley en Honduras y también las 3 que se permiten en Costa Rica.

'Cinco armas es muy alto, son muchas', dijo Nowak a periodistas en un diálogo sobre 'Control de armas pequeñas y ligeras y prevención de la violencia armada', auspiciado por el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Nowak coincidió con Ana Yanci Espinoza, de la Fundación Arias para la Paz, en el gran volumen de armas que hay en Centroamérica en manos de civiles y en que se deberían aplicar políticas oficiales efectivas que garanticen seguridad a la población para que no sienta la necesidad de poseer una o más armas.

Nowak apuntó la existencia en la región de más de 4,2 millones de armas entre legales e ilegales y señaló a Guatemala y Honduras como los países de Centroamérica que más armas ilegales tienen.

Foto: La Prensa

Muchas armas se mueven por la región mediante un 'tráfico de 'hormigas'.
En abril de 2013 el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) reportaba que dos de cada 3 armas de fuego circulaban de manera ilegal en la región, es decir, 1,88 millones de los 2,8 millones de armas que contabilizó el organismo.

Entre las armas ilegales en la región centroamericana figuran fusiles AK-47, que utilizaron movimientos guerrilleros en países como El Salvador, Guatemala y Nicaragua, y pistolas automáticas y revólveres, entre otras.

Aunque Honduras no vivió una guerra interna en el siglo pasado, los 'contras' antisandinistas que fueron armados por Estados Unidos e instalados en el oriente del país, al irse, en 1990, dejaron como herencia una especie de supermercado de armas, en su mayoría soviéticas. Un fusil AK-47 nuevo, por ejemplo, podía obtenerse a un coste entre 200 y 300 dólares.

Este fusil es una de las armas que siguen utilizando delincuentes y criminales que operan en Honduras, aunque en algunos casos también usan ametralladoras UZI de fabricación estadounidense y pistolas automáticas calibre nueve milímetros. También las usan empresarios, ganaderos, agricultores y de otros sectores.

Ana Yanci Espinoza destacó además el gran negocio que representa para algunos sectores el tráfico de armas en el subcontinente, que en gran medida está asociado a las drogas.

Muchas armas se mueven por la región mediante un 'tráfico de 'hormigas', es decir, en pocas cantidades, con personas que cruzan puntos ciegos fronterizos o pasos costeros de difícil acceso donde no ejercen control las autoridades.

Hay casos en que mujeres y niños son utilizados para ese tráfico, por lo general de armas pequeñas, dijo Espinoza.

A manera de ejemplo, citó cómo puede aumentar el coste de un arma que salió de Nicaragua u otro país, pasó por Costa Rica y Panamá, hasta llegar a Colombia.

Algo que también preocupa a los activistas es la falta de control de las municiones, que se cuentan por millones para diversos calibres, acotó Espinoza.

Flagelos como la corrupción en Centroamérica y la falta de control contribuyen además al tráfico ilegal de armas en Centroamérica.

Espinoza destacó como muy positiva una ley en Belice, donde si alguien pierde un arma, se le suspende el permiso de posesión por dos años, lo que permite ejercer un mejor control.

'Preferiría que nadie tuviera armas, pero eso es difícil de garantizar', apostilló la experta.