TEGUCIGALPA. Miles de capitalinos realizaron también la procesión del santo vía crucis para recordar el día en que Jesús fue condenado a muerte.
El recorrido comenzó a las 9:00 am a inmediaciones del Templo San Francisco, en el barrio El Centro, y concluyó en la catedral a las 11: 30 am.
El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quien fue acompañado por los presbíteros Juan Carlos Martínez y Carlo Magno Núñez, dirigió el mensaje en cada una de las quince estaciones haciendo varias peticiones, entre las que figuran el alto a los femicidios, que fue destacado en la octava estación cuando la multitud acompañaba a Jesús en su camino al Calvario y muchos espectadores lanzaban insultos hacia él. En tanto, algunas mujeres desafiaban las leyes al llorar y lamentar su condena.
“Las figuras femeninas en el camino del dolor se presentan como antorchas encendidas. Esas mujeres no se dejaron intimidar, están dispuestas a dar un cálido latido... Lloremos por aquellos que descargan sobre la mujeres la violencia que llevan dentro, lloremos por las mujeres esclavizadas por el miedo, por la explotación, por la trata de personas... Jesús quiere que las mujeres sean amadas como un regalo inviolable para toda la humanidad para hacer crecer a los hijos con dignidad y esperanza... Que en Honduras no haya más femicidios, que se acabe ese crimen horrible, que aprendamos a respetar la dignidad de todas la mujeres, así como respetamos a nuestra madre de la tierra y a nuestra madre del cielo”, expresó el cardenal.
También pidió a los hondureños que sean cirineos del prójimo, que oren por quienes matan con calumnias, por la paz de Honduras, por las madres que sufren y por los despojados de salud y educación. Lamentó la “absurda lentitud en la justicia”, el hacinamiento en las cárceles, “que es una doble pena, dolor agravado, opresión, desgaste y algunos no sobreviven”; que haya familias atribuladas por pérdidas dolorosas, y recordó a los fieles que la muerte no es el final, sino el principio.