En plena Semana Santa, la multitud observa con asombro a tres jóvenes de contextura atlética que se lanzan de las peñas altas en el río Armenta.
Ellos son Selvin Noé Ramos Cálix (19), Bryan Alvarado Guerra (18) y Jesús Fernando Roque (15). Con sus rostros llenos de alegría, inquietos y con mucha vitalidad, no dudan ni un segundo en impulsarse al agua desde las rocas que están a más de siete metros de altura. La distancia no les representa ningún problema para llegar a su balneario preferido y sentir cómo la adrenalina corre por sus venas.
Se despiertan ansiosos y desde muy temprano alistan sus bicicletas, se toman un segundo para comer un bocado y comienzan su travesía desde la colonia Monte Verde en el sector López Arellano, en Choloma, hasta llegar al río.
Armenta representa para ellos un lugar de gratas memorias, pues llevan más de ocho años realizando la travesía que no solo la organizan en la temporada de verano, ya que pedalean hasta cuatro veces por semana al mes.
Su amistad es el vínculo que los ha mantenido unidos por tanto tiempo y que valoran con fidelidad. “Todos para uno y uno para todos. Si tienen riña con uno de nosotros, se meten con los tres”, afirma con seguridad uno de ellos.
Selvin Noé Ramos en la bicicleta naranja, Bryan Alvarado Guevara en la negra y el menor Jesús Fernando Roque al fondo de la imagen, llegan al balneario.
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Los muchachos están llenos de deseos de superación, y aunque son humildes y de escasos recursos económicos ven la vida con optimismo.
Selvin, el mayor de los tres, dice que su meta a corto plazo es graduarse como técnico en mecánica y ayudar a su familia. “Pienso graduarme el otro año. Me gusta mucho Armenta porque es un lugar limpio y divertido. Vengo desde que tengo 10 años de edad”.
Bryan también piensa convertirse en un mecánico y aunque dejó los estudios secundarios hace un par de años, seguirá buscando capacitarse.
Jesús es el menor de los tres. Es hiperactivo y jovial, cuenta chistes entre risas. Está en séptimo grado y quiere ser militar algún día.
El río Armenta está abarrotado.
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Desde el miércoles, miles de personas asisten al balneario natural de Armenta, que está animado con música y ventas de comida en la orilla. Los otros balnearios privados y naturales de la ciudad industrial están llenos también.
La Policía Nacional tiene más de 30 agentes distribuidos a lo largo de la ribera para labores de protección y prevención.
El departamento de Resolución y Conflictos de la Municipalidad revisa que los vendedores tengan sus puestos con la documentación en regla. “Revisamos que cada puesto que hay en los balnearios tenga su permiso de operación cancelado y todo esté en orden”, indica óscar Zelaya, inspector.