Tela, Honduras
Me gusta la historia de este jardín. Y me gusta porque se entrelaza con casi todos nosotros. Por ejemplo, ¿quién no come rambután ahora? ¿Mango jade? Casi todos.
Hace un par de años que no lo visito, pero cuando lo hice, invitado por el Proyecto Procorredor, escribí bastante sobre él. Así que hoy les comparto una pequeña parte de lo que redacté en ese viaje.
“La historia del Jardín Botánico Lancetilla inicia en el año 1926 de la mano del notable investigador, maestro y diplomático, doctor Wilson Popenoe, quien lo creó como estación experimental y centro de investigación de plantas tropicales con valor económico para la United Fruit Company.
Popenoe lo estableció en la entrada del pequeño valle de Lancetilla, llamado así por la pequeña y espinosa palma de Lancetilla, Astrocaryum standleyanum, la cual es endémica del área.
Desde sus inicios, el doctor Popenoe se encargó de traer desde distintas regiones del mundo numerosas especies de plantas tropicales con fines comerciales para su estudio. Así, Lancetilla fue el punto de entrada para Honduras, Centroamérica e incluso el continente americano de algunas especies ahora populares como la palma africana, el rambután, Nephelium lappaceum, o el mango jade.
Lancetilla posee varias colecciones botánicas importantes, entre las cuales se destacan los frutales y maderables y algunas colecciones taxonómicas como las palmas y los bambúes. En el caso de los frutales sobresalen los provenientes de Asia, que, comprendiendo cerca de 120 especies con un número similar de variedades, sigue siendo una de las más importantes del neotrópico.
La colección de maderables es la más extensa del jardín con 130 especies y su corazón es la plantación de caoba, Swietenia macrophylla, la más antigua de Honduras.
La colección taxonómica más importante es la de palmas, con cerca de 50 especies que provienen de todo el mundo. En los últimos años ha comenzado la colección de cycas, con cuatro especies endémicas de Honduras: Dioon mejiae, Zamia orailye, Zamia sandovalii y Zamia standleyi. De hecho, Lancetilla y sus alrededores poseen por lo menos 10 especies endémicas reportadas. Esto ha llevado a considerarla una de las cinco áreas protegidas más importantes del país y un hot spot mundial.
En 1974, la compañía bananera norteamericana entregó la estación al Gobierno de Honduras. En 1990 se creó el Decreto 48-90, con el que se sustituye el nombre de Estación Experimental por el de Jardín Botánico y Centro de Investigación Lancetilla. Ahora forma parte de la Escuela Nacional de Ciencias Forestales (Esnacifor), cuya sede se encuentra en la ciudad de Siguatepeque, departamento de Comayagua. Me gusta la historia de Lancetilla. Pero, por supuesto, es mucho más que historia. Este jardín es presente y futuro. Algo que valdrá la pena seguir conversando sobre él un poco más adelante. ¿No les parece?
