'Mientras otros lloran yo lucho por San Pedro”, decía fiscal

San Pedro Sula, Honduras.

“Yo no creo en palabra de hombre, yo no creo en la venganza del hombre; creo en la justicia divina. Perdono a los que le hicieron esto a mi madre, yo los perdono de todo corazón”, expresó en medio del llanto y el dolor Julissa Medina Banegas, hija de la fiscal Marlene Janette Banegas Brevé (47), quien fue sepultada ayer.

Las exequias de las profesionales del Derecho tuvieron lugar ayer en la mañana en el cementerio Jardines del Recuerdo, hasta donde llegaron sus amigos y compañeros a darles el último adiós.

“Me duele que no haya ningún valiente que les haya hablado de Cristo a estos jóvenes que le hicieron esto a mi madre. Mi madre era una mujer fuerte, honesta, que me decía: hija, si vas a lograr tus cosas que no sea pidiendo favores, ni saltar por uno para ir al otro lado, sino que lo vas a lograr por tus propios méritos”, recordó.

La joven -que se quebrantaba por el llanto- contó a quienes la acompañaron en su dolor la gran profesional que fue su madre.

“Mi mamá amaba su trabajo, a veces yo le decía: mami, miremos alguna película juntas, y ella me decía: esperate que tengo que hacer un informe, tengo que entregar resultados porque la ciudad demanda resultados. Me decía: mientras otros duermen y están llorando yo tengo que luchar por San Pedro Sula. Esa es la misión que ahora me toca a mí, pero no con justicia de hombres, sino que predicando el evangelio”, manifestó Julissa.

Las lágrimas no dejaban de rodar por su rostro cada vez que se refería a su madre y su conmovedor discurso hacía que los presentes lloraran y lamentaran aún más el violento deceso de su pariente, amiga, compañera, vecina y colega.

La coordinadora de la Fiscalía de Delitos contra la Vida fue acribillada junto con su compañera y amiga Olga Patricia Eufragio (40), quien se desempeñaba como fiscal de Protección al Medio Ambiente.

Ambas fiscales venían de culminar sus labores y se conducían en un Toyota Hilux, 3.0, sin placas, color gris, por la avenida Circunvalación de la colonia Prado Alto cuando fueron atacadas por varios hombres que se conducían en dos automóviles de los cuales se bajaron y les dispararon. El carro era conducido por la fiscal Banegas Brevé, quien era el objetivo del ataque, según lo manifestado por las autoridades encargadas de esclarecer el caso.

Indiferencia

“Qué dolor siento en mi alma. Se me fue mi alegría, mi brazo derecho”, expresó llorando la madre de Banegas.

Armando Calidonio, alcalde de San Pedro Sula, acompañó a las familias de las dos fiscales y a cada una les entregó un acuerdo de duelo de parte de la Corporación Municipal.

Al sepelio no acudió ninguna autoridad del Ministerio Público, ni el fiscal general, Óscar Chinchilla, ni el fiscal adjunto, Rigoberto Cuéllar, tampoco el director de fiscales, Rolando Argueta.

En su representación enviaron a la subdirectora de fiscales, Loany Alvarado, quien entregó un acuerdo de duelo enviado por las autoridades.

“La compañera Marlene Banegas buscó la justicia, sabemos que murió en el cumplimiento del deber; aparte de ser la subdirectora de fiscales, soy fiscal de carrera y sé las precariedades cuando vamos a un juicio, los fiscales costeamos los alimentos del testigo que tenemos ahí, los fiscales les pagamos de nuestro sueldo los pasajes a los testigos para que lleguen a los juicios, tenemos un sistema de justicia que no está fortalecido”, expresó en su comparecencia Alvarado.

La indiferencia de las autoridades del Ministerio Público fue tal que no se hicieron cargo de los gastos fúnebres de las dos fiscales asesinadas; trascendió que el alcalde Armando Calidonio y el empresario sampedrano y vicepresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Luis Larach sufragaron los costos.