San Pedro Sula, Honduras.
Las siamesas Samanta y Johana necesitan ser intervenidas en el extranjero para poder salvar la vida de una de ellas.
Luego de los análisis hechos a las pequeñas que nacieron ayer en el hospital Mario Catarino Rivas, las probabilidades de vida son bajas para las dos niñas.
El neonatólogo Samuel Santos -quien asistió el parto de las bebés- dijo que es difícil determinar cuánto tiempo podrán vivir si no se separan.
“Las niñas amanecieron bien, y están luchando por su vida, pero no podemos calcular un porcentaje de probabilidad de vida, eso depende de lo que aguante el único corazón que las mantiene con vida, este es un caso muy complejo. La malformación es bastante rara y no tenemos otro caso con cual poder compararlo, lo que sí es seguro es que solo una de las niñas tiene probabilidades de vivir si se logran separar, pero el riesgo es bastante alto”.
Santos agregó que hay que presentar el caso a especialistas en el extranjero para que vean los estudios y digan qué se puede hacer.
“No es fácil, se necesita una operación urgente porque cada día que pasa disminuyen las probabilidades de vida de la niña que puede ser salvada”, expresó el médico.
Las siamesas solo tienen un corazón y comparten el hígado, una de las bebés se mantiene viva porque tiene un vaso sanguíneo del corazón de su hermana.
Según los especialistas, las siamesas anteriores que vivieron 24 días tenían más probabilidades de sobrevivir porque tenían dos corazones unidos y uno estaba formado en sentido contrario, pero se podía hacer algo. “Con ellas es más complicado, lo que define que solo una puede vivir”.
Johana Yamileth Anariba Amaya (21), madre de las siamesas, aún se encuentra en recuperación de la operación y no ha podido ver a las niñas, aunque ya se le informó de la condición en las que están.
“Somos conscientes”
Alex Ortega, padre de las siamesas, dijo que el doctor les explicó el complejo estado.
“Somos conscientes de que si llegáramos a tener la ayuda para operar a las niñas, una tendrá que morir. Estoy muy triste, el saber que mis primeras hijas están en riesgo de morir es un dolor muy grande y no se lo deseo a nadie, yo las amo desde que están en el vientre de mi esposa y pedimos a Dios un milagro para que alguien pueda ayudarnos a llevar a las niñas a Estados Unidos para una operación”. El preocupado padre dijo que le notificaron de una brigada pediátrica que está en el hospital y espera que esos doctores puedan revisar a sus hijas y le ayuden a conseguir alguna fundación internacional que se interese por las niñas.
Los padres se dieron cuenta que las niñas estaban unidas del tórax a los ocho meses de gestación y desde entonces empezaron la búsqueda de ayuda en distintas organizaciones, pero no recibieron respuestas positivas.
Ortega pide al Gobierno apoyo para conseguir el dinero que se necesita para intentar salvar a las niñas.