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Copán es territorio del Cártel de Sinaloa

  • 11 febrero 2010 /

Los vínculos entre esa organización criminal mexicana y la célula que tiene en ese departamento es tal que su líder Joaquín “El Chapo”, Guzmán, usa como escondite sitios del sector.

    En el departamento de Copán opera una de las células más poderosas del Cártel de Sinaloa que tiene como función asegurar que las toneladas de cocaína que manda esa organización criminal a Estados Unidos pasen a Guatemala, para lo cual prácticamente tiene luz verde porque los resultados en cuanto a decomiso del alcaloide son pocos en ese sector.

    El vínculo entre los miembros de ese cartel mexicano y sus servidores en la zona es tal que las autoridades policiales manejan la información que el jefe de esa estructura criminal, Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien es uno de los narcos más buscados por la DEA y las autoridades mexicanas, uasa como refugio ese departamento. Uno de los sitios donde supuestamente se esconde El Chapo Guzmán es el pueblo llamado El Espíritu.

    Las pesquisas policiales indican que el primer departamento en que se afincó ese cártel fue en Copán y después extendió sus tentaculos a otros sectores, en donde operan varias células de la organización.

    Las comunidades de San Lorenzo Techín, San José de la Frontera, El Guayabo y Los Caribes son zonas donde hay más injerencia de los narcotraficantes. La poca vigilancia que hay en esos lugares por lo distante que están es aprovechada por las bandas de la droga para operar por tierra y aire.

    La gente ahora constantemente escucha el sonido de motores de las aeronaves que sobrevuelan Copán. La mayoría de las pistas ilegales de aterrizaje están en haciendas propiedad de personas que prestan sus servicios a los narcotraficantes. Esos inmuebles abren el espacio para que la cocaína y otro tipo de estupefacientes pasen a Guatemala.

    Secreto a voces

    En las casas de muchas aldeas de este departamento se miran sistemas sofisticados de seguridad instalados y en las calles transitan hombres armados convirtiendo esos lugares en poblados sin ley prácticamente. La existencia de las pistas clandestinas es un secreto a voces entre los pobladores, pero no les gusta hablar del tema por temor a represalias. “Todos sabemos que las pistas están aquí, pero está fregado hablar de eso porque uno no sabe quiénes son los grandes que están detrás de esto. Poco a poco van habilitando otras zonas para que las avionetas aterricen de día o de noche”, afirmó uno de los vecinos entrevistados.

    En el recorrido hecho por los periodistas de LA PRENSA tuvieron a la vista una de las pistas ilegales ubicada en el sector de El Guayabo.
    La zona está alejada de Florida, el municipio más cercano, y para llegar al lugar se necesitan vehículos de doble tracción, pero las condiciones de la calle que da acceso se mantiene en perfectas condiciones lo que facilita la transportación de los cargamentos de la droga.

    Bienes de Sinaloa

    En la noche los pobladores de las aldeas cercanas al lugar donde se ubica la pista son testigos del movimiento que se genera con el tránsito de vehículos que llegan para trasladar la droga a su destino.

    Las autoridades policiales manifestaron que manejan la información sobre la existencia de esa pista y otras, pero por falta de logística no se han hecho las investigaciones. Indicaron que desde el nivel central se tienen que planificar las acciones a tomar en ese sentido. En Honduras operan los cárteles mexicanos Sinaloa, Golfo-Zetas y La Familia.

    Según las investigaciones de los cuerpos de inteligencia, de esas tres organizaciones criminales la que más presencia tiene en Honduras es Sinaloa que al igual que los otros dos cárteles, tiene su principal centro de operaciones en el departamento de Cortés. El domingo 8 de noviembre del año pasado las autoridades de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico, DLCN, allanaron una hacienda en Naco, Cortés, donde descubrieron una narcopista.

    Las averiguaciones policiales establecen que en la propiedad también se estaba construyendo un laboratorio para la producción de la droga conocida como éxtasis.

    Según las investigaciones la hacienda, la cual fue confiscada, era propiedad de un grupo de mexicanos que serían parte del cártel de Sinaloa. La pista clandestina era utilizada por los narcotraficantes mexicanos para el trasiego de drogas que pasan por Honduras con destino a Estados Unidos.