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Un arte que cabalga desde Santa Rosa de Copán

  • 06 noviembre 2010 /

Santa Rosa de Copán, la ciudad más grande y pintoresca del occidente de Honduras, se distingue además por su trayectoria histórica en cuanto a artesanías.

Santa Rosa de Copán, la ciudad más grande y pintoresca del occidente de Honduras, se distingue además por su trayectoria histórica en cuanto a artesanías. Sus monturas de cuero las exhiben orgullosos no solamente los jinetes hondureños, sino de Guatemala y El Salvador.

La ciudad cuenta con ocho talabarterías, algunas de las cuales curten cueros y elaboran productos como fajas, monturas, carteras, llaveros, gamarrones, vainas, bolsa de pistolas, aperos para caballería, cinchas, correas, bozales, mochilas y hasta estuches para teléfonos celulares.

Existen diferentes tipos de monturas, pero las que más se venden son las copanecas con cojín porque son más baratas, dice Nicolás Cruz, propietario de Artesanías Nicolle, con 20 años elaborando productos de cuero.

Entre los otros estilos se encuentran las tejanas que prefieren los hacendados, las mejicanas que tienen la manzana más grande y las galápago para mujeres, aunque éstas casi no se usan porque las damas ahora montan a horcajadas como los hombres, explicó.

Las sillas más simples, llamadas “albardas” o “aparejos”, consisten en un simple cojín de cuero o lona relleno de un material esponjoso y sujeto con varias cinchas, lo que ayuda a relajar la fricción del peso del jinete o de la carga sobre el lomo del animal. Estas sillas se siguen usando sólo en los ambientes rurales, en monturas tales como burros y mulas.

La elaboración de sillas de montar, como la fabricación de puros y otros productos típicos de la ciudad, son ahora también atractivos turísticos. Santa Rosa ofrece al visitante el disfrute de su arquitectura colonial con sus calles empedradas, pero además una gran variedad de artesanías propias del lugar.

La silla de montar se construye sobre el fuste o armazón tradicionalmente elaborado con madera. El tamaño de este armazón determina el ajuste de la silla sobre el dorso del caballo y el tamaño o la talla del asiento del jinete.

Cruz clasifica su negocio en tres ramas: la talabartería que incluye la fabricación de sillas de montar y toda la “vestidura” del caballo, la marroquinería que trabaja productos de cuero fino como carteras y fajas y las artesanías, entre las que se encuentran los suvenires.