Ceguaca, Santa Bárbara.
En Honduras ya se inician a reportar las víctimas por la quema de pólvora que es tradicional en el mes de diciembre por las celebraciones de navidad y año nuevo. Un niño hondureño en Santa Bárbara fue el accidentado que sufrió quemaduras en una de sus manos el domingo recién pasado.
El menor de siete años sufrió quemaduras en su mano derecha luego de que un cohete le explotó en la misma, dejándole heridas en sus 5 dedos
Pedro Tróchez, padre del menor, dijo que su hijo le pidió dinero pero que no pensó que era para comprar los 'malditos cohetes'.
'Cuando acordamos, el niño llegó llorando a la casa. La mamá estaba envolviendo tamales cuando lo vimos con la mano quemada, lo trasladamos al hospital donde esperamos no pierda ninguno de sus dedos', dijo el padre del menor Ibin.
El pequeño dijo inocentemente que 'un peso me costó el paquetillo y cuando quise tirarlo solo sentí algo que me ardía en el dedo gordito'.
El niño aseguró que no volverá a comprar explosivos pues 'mucho duele'. El menor se encuentra en la Sala de Pediatría del hospital de Santa Bárbara y es cuidado por su padre y madre que también tienen dos hijos más.
En Honduras ya se inician a reportar las víctimas por la quema de pólvora que es tradicional en el mes de diciembre por las celebraciones de navidad y año nuevo. Un niño hondureño en Santa Bárbara fue el accidentado que sufrió quemaduras en una de sus manos el domingo recién pasado.
El menor de siete años sufrió quemaduras en su mano derecha luego de que un cohete le explotó en la misma, dejándole heridas en sus 5 dedos
Pedro Tróchez, padre del menor, dijo que su hijo le pidió dinero pero que no pensó que era para comprar los 'malditos cohetes'.
'Cuando acordamos, el niño llegó llorando a la casa. La mamá estaba envolviendo tamales cuando lo vimos con la mano quemada, lo trasladamos al hospital donde esperamos no pierda ninguno de sus dedos', dijo el padre del menor Ibin.
El pequeño dijo inocentemente que 'un peso me costó el paquetillo y cuando quise tirarlo solo sentí algo que me ardía en el dedo gordito'.
El niño aseguró que no volverá a comprar explosivos pues 'mucho duele'. El menor se encuentra en la Sala de Pediatría del hospital de Santa Bárbara y es cuidado por su padre y madre que también tienen dos hijos más.
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