Las necesidades en la red hospitalaria de Honduras son cada vez más notorias. Ayer, la morgue del Hospital Escuela superó en un 300% su capacidad y los cadáveres quedaron en los pasillos envueltos en bolsas negras y con escritos de papel sobre los datos de los fallecidos.
Los cuartos fríos del principal centro asistencial público del país solo tienen capacidad para mantener cuatro cadáveres por día, y ayer tenían 16; es decir, tres veces más de lo normal, por lo cual los empleados no hallaban qué hacer.
Mauricio Corrales, presidente del Sindicato de Trabajadores del Escuela, denunció que en una sola noche y parte de la madrugada llegaron 17 cuerpos a la morgue, de los cuales, aseguró, 11 eran fallecidos de COVID-19 y no tenían cómo preservarlos, tampoco los reclamaban los familiares.
Se quejó de que desde hace un año y medio vienen denunciando que la morgue del hospital está en mal estado y lo que están provocando es que los empleados se contaminen por la aglomeración de cadáveres, ya que los tienen que dejar en los pasillos y por allí pasa la comida de los pacientes hospitalizados.