Tegucigalpa, Honduras.
La lucha contra el narcotráfico continúa en Latinoamérica y es ese tráfico de estupefacientes el que está determinando las relaciones de Estados Unidos con los países donde se siembra, produce, transporta y son paso clave en la ruta de la cocaína.
Si desde 1980 los carteles colombianos fijaron su mirada en el Triángulo Norte para establecer sus rutas, con el paso del tiempo la región se volvió “mula”, uno más de los graves problemas que genera el tráfico de drogas.
Un informe elaborado por Estados Unidos detalla que “el 90 % de la cocaína que llegó al país norteamericano en 2017, pasó por el Triángulo Norte de Centroamérica. Mientras que países no productores, como Ecuador y Puerto Rico, donde en los últimos años se incautaron casi 30 mil kilos, se convirtieron en paso para la droga”.
| Sépalo
1 Políticas como Plan Colombia
Medidas usadas como respuesta a una grave fiebre de drogas que recorre el continente. 2 Estrategia que genera muertos Represión solo ha generado más muertos, más presos, más organizaciones criminales peligrosas. |
Son las drogas las que financian no solo las guerras, sino también a los políticos, donde afloran los capos, la violencia y corrupción, por lo que se exige un replanteamiento de estrategias, según el reporte de la ONU Drogas Panorámica a través de su reportaje “Diez hitos en la historia de la lucha contra el narcotráfico en América”. Son varios los factores que el documento muestra que han incidido en la propagación del negocio de las drogas, donde Honduras ha sido un país clave para el transporte y ahora procesamiento de estupefacientes.
Desde 1983 a 1989, Honduras se abrió paso a los carteles Los Cachiros y Valle Valle. El narcotráfico cambió estilos de vida, trajo excesos y creó personajes “populares” que no se conocían en esa época, así evolucionó y dejó cientos de muertos. EFE
| El mayor consumidor La declaración de guerra la lanzó Richard Nixon, pero en EEUU, el mayor consumidor de cocaína del mundo, se ha ejercido por años una política centrada en combatir las drogas en los países productores, mientras en su interior se ve florecer la despenalización del consumo de la marihuana, de la que es uno de lo mayores productores en el mundo. Ese polvo blanco ha creado una adicción que afecta a 4 millones de personas en el país norteamericano.
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