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Buhoneros y la basura le ganan más terreno a la Municipalidad en el centro sampedrano

  • 04 julio 2018 /

No hay inversión en la instalación de recipientes recolectores en el centro de la ciudad. Ahora, los vendedores están instalando hasta tiendas de madera y zinc en las calles.

    San Pedro Sula, Honduras.

    La proliferación de basura y la expansión acelerada de vendedores ambulantes en el centro de la ciudad, se han convertido en dos de los principales problemas de esta urbe, tras superarse el caos vial con la construcción de varias obras de infraestructura.

    La basura, que no solo arruina el paisaje, crea condiciones que permiten el aumento de la población de ratas y ratones, cucarachas y moscas.

    De esta forma, amenaza la salud de las personas que trabajan en oficinas y de quienes consumen alimentos en negocios que le pagan impuestos al Servicio de Administración de Rentas (SAR) y a la Municipalidad.

    Por otro lado, la multiplicación de los vendedores en las vías públicas, en aceras y hasta dentro de las calles es ya un problema que repercute negativamente en la seguridad de los sampedranos y en los pocos extranjeros que se atreven a caminar o manejar automóviles por el centro. Periodistas de LA PRENSA han confirmado que la multiplicación de la basura es consecuencia de la forma inapropiada de la recolección de desechos.

    Mientras, sigue la masificación de vendedores, que se da de manera sistemática y no de forma improvisada.

    Un ciudadano camina por la calle del costado este de la catedral. Los vendedores impiden que pueda usar la acera.
    Basura

    En 2017 y hasta hace algunas semanas de este año se ha logrado mantener limpia gran parte de la ciudad, particularmente las zonas residencial y comercial de la ciudad.

    En áreas céntricas la recolección es realizada durante la noche y en las zonas de alto riesgo durante el día, con una frecuencia de hasta tres veces por semana.

    En un recorrido por las calles y avenidas del centro de la ciudad fácilmente se detecta que la ausencia de recipientes para que los peatones arrojen la basura, se vuelve un factor detonante de la suciedad.

    El Plan de Arbitrios establece multas que van desde los 5,000 lempiras para las personas que tiren basura en las calles.

    “Deben mejorar, se ve sucia la ciudad y hay muchos vendedores”, dijo un turista de Estados Unidos que se alojaba en un hotel céntrico.

    Los comerciantes formales, ciudadanos residentes en el centro y peatones colocan bolsas de basura en ciertas esquinas (centros de acopio) y en cuestión de horas forman cúmulos que son revueltos por mendigos, por aguas lluvias, por buhoneros y hasta por perros.

    Los buhoneros se han apoderado de espacios públicos gracias a una estrategia que les ha surtido efecto ante las autoridades: primero instalan una sombrilla y se mantienen bajo ella durante varios meses. Luego amplían el negocio e instalan una carpa. Meses después, estos vendedores sobre la acera arman una “tienda” con madera y láminas de zinc.
    Vendedores

    La proliferación de basura está asociada con la multiplicación de los buhoneros porque estos, además de generar varias toneladas de cartón y bolsas de plástico a la semana, han invadido los espacios públicos.

    “Esos vendedores son un gran problema. Producen basura y nos quitan las aceras. Los comerciantes que pagamos impuestos no podemos vender porque nos tapan las puertas de los negocios. Algunas tiendas han cerrado y no denuncian más porque uno no sabe si hay hasta mareros metidos en ese negocio”, dijo un propietario de una tienda.

    En los últimos tres años, más de cinco tiendas (grandes y antiguas) cerraron operaciones porque observaron una caída en las ventas a causa de estos dos problemas.

    Más de 60 vendedores ambulantes se han apoderado en 2018 del costado izquierdo del parque central.
    A la vez, la propagación de los vendedores está causando que el tráfico vehicular se torne lento en las horas pico y están obligando a las personas a caminar por las calles. “En esta ciudad no hay respeto. Hace unos días yo iba caminando por una acera y un vendedor me hirió la cabeza con una varilla de hierro que usa para armar la carpa.

    Me sacó sangre. Yo le reclamé y él sólo se rio. La Policía Municipal parece que le interesa más el dinero de los carros mal estacionados que dar seguridad a las personas”, dijo Santos González, de 84 años.

    Los buhoneros, amparados en que necesitan un trabajo, han avanzado tanto que ahora se han tomado una cuadra del parque central: desde la tercera avenida hasta la cuarta.

    Más de 60 personas llegan en la mañana, instalan sombrillas y bajo de ellas colocan los productos, entre ellos, celulares, accesorios, y achinería en general.

    Los vendedores del parque central, a diferencia de los que están en otras cuadras, después de las 6:00 pm cierran las sombrillas y se marchan.