Desde las 3 de la mañana, todos los días Nelson Diaz, un hondureño ejemplar, se levanta a preparar lo que venderá en su negocio ambulante, el cual heredó de su padre.
Su negocio está ubicado en la esquina de una calle de Barrio Guamilito, y pese a que le toca aguantar altas temperaturas, por el calor distintivo de la ciudad, siempre tiene una sonrisa para sus clientes y anda muy bien vestido.
Nelson recuerda como, desde los 10 años, su papá lo llevaba para que aprendiera este oficio que hoy, 15 años después, le permite llevar sustento a su familia.
'Soy mecánico empírico de profesión, pero hace seis años me despidieron de mi trabajo y me fue muy difícil conseguir otro, hay muy pocas oportunidades. Por eso, ahora me dedico por completo a la venta de frutas. Mi padre me enseñó que uno siempre debe dar lo mejor donde este', dijo el emprendedor.
Este sampedrano afirma que todo trabajo que se realiza de forma honrada es digno de admirar y que nadie debe avergonzarse por su labor.
'Con lo que gano de este negocio mantengo a mi hijo de 10 meses y a mi esposa. Estoy agradecido con mi padre por el ejemplo de trabajo que me enseño', dijo orgulloso.
'Todos los días le pido a Dios que me ayude a mejorar y a tener presente que si soy un vendedor de frutas debo ser el mejor'.
Con una sonrisa contó que hay muchos clientes que se quedan por largo rato después de comprar su producto para conversar de su día a día. 'Aquí ríen conmigo y hay quienes, incluso, hasta lloran. He escuchado una gran cantidad de historias...'.
Este vendedor explica que con la venta de frutas puede vivir tranquilo e incluso le permite ahorrar 30 lempiras diarios, aunque a veces no lo puede hacer porque tiene que pagar un flete de hasta 100 lempiras para trasladar su producto, y las ventas no siempre son buenas.
'Mi meta es llegar a extender mi negocio en un establecimiento, para que en el futuro mi hijo pueda también vivir de él, si así lo desea'.
Las veces, que por alguna razón, no llega a vender, las personas le cuestionan su ausencia. Esto le causa mucha emoción pues quiere decir que está haciendo bien su trabajo.
Clientes de ambas generaciones...
Muchos de los sampedranos que compran frutas en este negocio ambulante lo han hecho durante varios años.
'Primero vendía el padre y ahora es el hijo lo cual es de admirar porque se nota que es una familia que tiene excelentes valores, pienso que como sampedranos debemos apoyar a estos emprendedores que solo buscan trabajar honestamente', dijo Dunia Fajardo, clienta de Nelson.