Gracias a Dios, Honduras.
La comunidad de Plaplaya conmemoró el Día Internacional de la Tortuga Marina, que se celebró el 23 de mayo a nivel mundial.
Autoridades educativas y organismos de protección al medio ambiente escogieron esta comunidad garífuna del municipio de Juan Francisco Bulnes en el departamento de Gracias a Dios para conmemorar esa fecha.
Plaplaya ha sido la única comunidad en la zona nororiental del país que se encarga de conservar a la tortuga marina. Su protección y conservación es una norma en los habitantes, esa conciencia ya es cultural, incluso hasta los más pequeños crecen con esa visión. Este es un proyecto de voluntariado que inició hace 15 años. La Dirección Departamental de Educación de Gracias a Dios se unió al esfuerzos de la comunidad con una intensa jornada de limpieza en las playas, exposiciones y actos alusivos a esta especie marina.
El pueblo aquí es consciente que su intervención interfiere en el ciclo vital de estos quelonios, ya sea haciendo el turismo ecológico. La interferencia contamina los mares con plásticos, botellas, latas y otros. Los elementos de plásticos, una vez en el mar se convierten en alimentos mortales para las tortugas, al confundirlas con medusas. La pesca furtiva, el robo de sus huevos, atraparlas con redes y anzuelos solo por diversión son amenazas que están contribuyendo a romper el equilibrio de cada ecosistema marino al que pertenecen estas especies.
“Por eso hoy vemos a escolares de los centros educativos aledaños contribuyendo a la limpieza de la playa en donde van a anidar estas especies. Hay varios tipos de estos grandes reptiles que se encuentran en grave peligro de extinción y las causas son casi exclusivamente a actividades humanas”, explicó Sony Álvarez, miembro de la dirección Departamental de Educación en Gracias a Dios.
La comunidad de Plaplaya conmemoró el Día Internacional de la Tortuga Marina, que se celebró el 23 de mayo a nivel mundial.
Autoridades educativas y organismos de protección al medio ambiente escogieron esta comunidad garífuna del municipio de Juan Francisco Bulnes en el departamento de Gracias a Dios para conmemorar esa fecha.
Plaplaya ha sido la única comunidad en la zona nororiental del país que se encarga de conservar a la tortuga marina. Su protección y conservación es una norma en los habitantes, esa conciencia ya es cultural, incluso hasta los más pequeños crecen con esa visión. Este es un proyecto de voluntariado que inició hace 15 años. La Dirección Departamental de Educación de Gracias a Dios se unió al esfuerzos de la comunidad con una intensa jornada de limpieza en las playas, exposiciones y actos alusivos a esta especie marina.
El pueblo aquí es consciente que su intervención interfiere en el ciclo vital de estos quelonios, ya sea haciendo el turismo ecológico. La interferencia contamina los mares con plásticos, botellas, latas y otros. Los elementos de plásticos, una vez en el mar se convierten en alimentos mortales para las tortugas, al confundirlas con medusas. La pesca furtiva, el robo de sus huevos, atraparlas con redes y anzuelos solo por diversión son amenazas que están contribuyendo a romper el equilibrio de cada ecosistema marino al que pertenecen estas especies.
“Por eso hoy vemos a escolares de los centros educativos aledaños contribuyendo a la limpieza de la playa en donde van a anidar estas especies. Hay varios tipos de estos grandes reptiles que se encuentran en grave peligro de extinción y las causas son casi exclusivamente a actividades humanas”, explicó Sony Álvarez, miembro de la dirección Departamental de Educación en Gracias a Dios.
