Nueva York, Estados Unidos.
“La pobreza y la inseguridad me hicieron emigrar de Honduras”, aseguró Marco Pérez, originario de La Lima, Cortés.
Este hondureño tiene 30 años de vivir en territorio norteamericano y gracias al Estatus de Protección Temporal (TPS) ha logrado trabajar, conducir y viajar dentro de ese país.
“Yo estoy amparado en el TPS desde que comenzó en el año 99. Era un programa muy bueno que nos permitía tener una mejor calidad de vida y poder transitar con tranquilidad dentro de Estados Unidos”.
López dijo que “tenía esperanza de que lo renovarían. Lamentablemente no fue así”.
Una de las mayores preocupaciones de este hondureño es que para el año 2020 quedará automáticamente sin trabajo, ya que sin permiso no podrá seguir laborando en la empresa donde actualmente lo hace.
“Nos esperan tiempos difíciles, pero intentaré legalizarme”, apuntó.
“Mi vida está aquí en Estados Unidos”
Estrella Martínez (44) dijo que perder los beneficios que otorgaba el Estatus de Protección Temporal (TPS) reducirá la calidad de vida que tiene su familia y la de los otros compatriotas que estaban amparados bajo este programa.
La hondureña, que lleva más de 16 años de vivir en Estados Unidos, aseguró que no volverá al país, a menos de que la capturen y deporten.
“Yo no volveré voluntariamente, ya no tengo nada en Honduras. Mi vida está aquí, mis hijas y mis nietos”, contó Martínez, oriunda del departamento de Ocotepeque.
Recordó que decidió emprender el peligroso camino hacia el país norteamericano en busca de una mejor calidad de vida.
“En Honduras, yo trabajaba en una maquila, pero apenas sacaba sueldo para sobrevivir. Tenía dos hijas que mantener y el dinero no me alcanzaba, así que decidí aventurarme y traje conmigo a mis dos hijas, que entonces tenían 3 y 7 años”, relató Martínez.
“La pobreza y la inseguridad me hicieron emigrar de Honduras”, aseguró Marco Pérez, originario de La Lima, Cortés.
Este hondureño tiene 30 años de vivir en territorio norteamericano y gracias al Estatus de Protección Temporal (TPS) ha logrado trabajar, conducir y viajar dentro de ese país.
“Yo estoy amparado en el TPS desde que comenzó en el año 99. Era un programa muy bueno que nos permitía tener una mejor calidad de vida y poder transitar con tranquilidad dentro de Estados Unidos”.
López dijo que “tenía esperanza de que lo renovarían. Lamentablemente no fue así”.
Una de las mayores preocupaciones de este hondureño es que para el año 2020 quedará automáticamente sin trabajo, ya que sin permiso no podrá seguir laborando en la empresa donde actualmente lo hace.
“Nos esperan tiempos difíciles, pero intentaré legalizarme”, apuntó.
“Mi vida está aquí en Estados Unidos”
Estrella Martínez (44) dijo que perder los beneficios que otorgaba el Estatus de Protección Temporal (TPS) reducirá la calidad de vida que tiene su familia y la de los otros compatriotas que estaban amparados bajo este programa.
La hondureña, que lleva más de 16 años de vivir en Estados Unidos, aseguró que no volverá al país, a menos de que la capturen y deporten.
“Yo no volveré voluntariamente, ya no tengo nada en Honduras. Mi vida está aquí, mis hijas y mis nietos”, contó Martínez, oriunda del departamento de Ocotepeque.
Recordó que decidió emprender el peligroso camino hacia el país norteamericano en busca de una mejor calidad de vida.
“En Honduras, yo trabajaba en una maquila, pero apenas sacaba sueldo para sobrevivir. Tenía dos hijas que mantener y el dinero no me alcanzaba, así que decidí aventurarme y traje conmigo a mis dos hijas, que entonces tenían 3 y 7 años”, relató Martínez.