25/04/2024
07:16 PM

'No creo en las edades, son una excusa para no hacer nada”

Estudiaba Biología en la Universidad de San Carlos cuando lo retaron a escalar un volcán.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Para Jaime Viñals era una idea loca eso de escalar el volcán Tajumulco de su tierra natal Guatemala, pero aceptó el reto que lanzó el programa De cumbre a cumbre, a través del diario Prensa Libre, por pura curiosidad.

    Nunca antes había escalado ni siquiera un montículo, pero el deseo por experimentar la aventura pudo más que sus temores, manifestó Viñals durante una visita a LA PRENSA.

    No se imaginaba que a raíz de esa experiencia surgiría la pasión que lo llevó a convertirse en el primer centroamericano en alcanzar la cúspide del Everest, el pico más alto del mundo.

    Enfrentar más que a la muerte, a sus temores y fracasos y contemplar sublimes horizontes desde arriba fueron las razones principales que le inyectaron ese amor por las alturas.

    A sus 51 años y con unas cuantas libras de más, Viñals sigue disfrutando del montañsimo y compartiendo sus experiencias con personas de todo el mundo. “No creo en las edades, esa es una excusa para no hacer nada”, expresó.

    Jaime Viñals

    Jaime Viñals admite que disfruta cada día lo que hace y que su premio más grande es ser feliz y compartir sus experiencias.


    Lejos de hacer ejercicio para adelgazar, más bien fomenta su robustez comiendo copiosamente antes de emprender uno de sus escalonamientos porque sabe que en el ascenso y descenso tendrá que quemar muchas calorías.

    Refiere que al subir a una de esas altísimas montañas lleva un peso corporal de 200 libras, pero regresa con solo 160 porque han ido quedando en cada no de los metros recorridos, aparte de que solamente come una vez al día. “Quien más se alegra es mi esposa porque me ve llegar con una figura estilizada”, dice sonriente.

    El premio más grande a su esfuerzo es ser feliz, deleitarse con sus experiencias y compartirlas, pero sobre todo transmitirlas a otras personas para que derriben los muros que construye el fracaso.

    En sus comparecencias públicas para motivar a otros a escalar la montaña del éxito insiste en que “el único límite que existe en nuestras vidas para alcanzar la cima somos nosotros mismos”.

    Relata que sus padres nunca lo aleccionaron en la cultura del “no puedes”, incluso cuando con sus hermanos mayores trepaban por árboles y saltaban riachuelos. “Jamás me dijeron que no, eso me enseñó a mí a ser así”, expresó Viñals, quien en 2001 completó el reto de escalar las cimas más altas de los siete continentes.

    Jaime Viñals

    33 de las 53 montañas más altas y 5 de los 10 volcanes más altos había escalado hasta el año pasado.