18/04/2024
09:40 PM

Juan Orlando Hernández, primer presidente reelecto de Honduras

De 10 presidentes que han gobernado el país, nueve han surgido en comicios cada cuatro años.

Tegucigalpa, Honduras.

Juan Orlando Hernández, el máximo líder del Partido Nacional que un día dijo “voy hacer lo que tenga que hacer”, rendirá juramento hoy como presidente de la república por segunda vez consecutiva.

Desde que Honduras está afianzada sobre una nueva Constitución (1982), Hernández es el primer mandatario, de nueve electos, que gobernará un segundo período y extenderá su permanencia en la Casa Presidencial cuatro años más. En la campaña electoral, en 2013, cuando el país era golpeado por una escalada de violencia (75 homicidios por cada 100,000 habitantes), prometió recuperar la paz a cambio de votos en las urnas.

“Me llamo Juan Orlando Hernández, vengo de las tierras del indómito cacique Lempira, de la mano de Dios, con el apoyo de mi partido y del pueblo hondureño voy a ser el próximo presidente de Honduras”, dijo de manera enérgica en varias concentraciones políticas.

Esas palabras se convirtieron en realidad. En noviembre de ese año derrotó a su acérrima opositora Xiomara Castro de Zelaya, aspirante de Libertad y Refundación (Libre). En enero de 2014, el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, le tomó el juramento y el entonces presidente saliente Porfirio Lobo Sosa le hizo el traspaso de la banda en el Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino.

El año anterior, con la misma euforia, volvió a insisitir en que venía de las tierras del “indómito” y anunció que de “la mano de Dios (...)” sería otra vez presidente.

En noviembre disputó las elecciones con Salvador Nasralla, líder de la Alianza de Oposición, y en diciembre el Tribunal Supremo Electoral (TSE) lo declaró triunfador con el 42.95% de los sufragios sobre el 41.42% de los votos de su rival.

A sus 49 años de edad, el originario de Gracias ( Real Audiencia de los Confines en 1544), Lempira, jurará como presidente con la mano en la Constitución de la República.

Además de cambiar el esquema que limitaba a un presidente a cuatro años en el Ejecutivo, romperá la tradición del emblemático traspaso: la banda no se la colocará un gobernante saliente y la ceremonia no tendrá como escenario el estadio, sino el Banco Central de Honduras (BCH).

Sin embargo, después de tomar posesión en el BCH, tiene previsto llegar al estadio para celebrar con sus correligionarios los logros (como la reducción a 42.8 homicidios por cada 100,000 habitantes) de su administración anterior y el inicio de una nueva era.

Proceso

Desde 1982, cuando Roberto Suazo Córdova se convirtió en presidente han transcurrido 36 años de vida democrática. En este lapso, 10 ciudadanos han dirigido los destinos del país, uno de ellos de manera provisional.

Suazo, José Simón Azcona del Hoyo, Carlos Roberto Reina, Carlos Roberto Flores, Manuel Zelaya Rosales y Roberto Micheletti salieron del Partido Liberal. Rafael Leonardo Callejas, Ricardo Maduro, Porfirio Lobo Sosa y Hernández, del Partido Nacional.

Después de superar un dilatado período de golpes de Estado (entre 1960 y 1970), los hondureños en más de tres décadas han elegido a los presidentes en elecciones convocadas cada cuatro años.

A finales de 2009, el proceso democrático sufrió un quiebre, cuando el Congreso Nacional nombró a Micheletti como presidente provisional luego de que las Fuerzas Armadas expulsaran del poder a Zelaya Rosales.

Micheletti, quien era presidente del Congreso, ocupó el cargo durante seis meses (tiempo que le faltaba a Zelaya Rosales), y el 27 de enero le entregó la presidencia a Lobo Sosa, ganador de las elecciones de noviembre de 2009.

Desafíos

Cada uno de estos gobernantes se ha sentado “en la silla presidencial”, como decían los hondureños en la década de 1980, frente a desafíos políticos y económicos internos y problemas monstruosos derivados de condiciones transnacionales.

Suazo, quien ahora a los 91 años descansa en su natal La Paz, ascendió al poder para desarrollar La revolución del trabajo y la honestidad con la cual logró atenuar la recesión que afectaba a los más de cuatro millones de habitantes en ese momento.

Con el apoyo de Estados Unidos, Suazo frenó la expansión de movimientos insurgentes que, después de consolidar el régimen comunista en Nicaragua, mantenían inmersos a El Salvadory Guatemala en una guerra civil. Dado a que Honduras representaba un punto geoestratégico importante, el presidente de EUA, Ronald Reagan (1981-1989), visitó Honduras en 1982 e invitó en varias ocasiones a Suazo a la Casa Blanca.Más tarde, José Simón Azcona del Hoyo ascendió al poder para centrarse en la apertura y mantenimiento de la red de carreteras. Azcona, también anfitrión de Reagan en la Casa Blanca (1986), recibió críticas de los rivales por aumentar el gasto militar con la adquisición de aviones y tanques. Él argumentó que el país tenía amenazas bélicas de Nicaragua.

En el ámbito internacional, en medio de la Guerra Fría, desempeñó un papel preponderante para que Centroamérica lograra los Acuerdos de Esquipulas y en consecuencia la paz. En 1990, después de dos Gobiernos liberales, el Partido Nacional, por medio de Rafael Leonardo Callejas, se estrenó en el poder tras derrotar a Carlos Flores en las elecciones de 1989. El licenciado Callejas , como era llamado por los seguidores, recibió el país en medio de una crisis, y para superar la “quiebra” aprobó la Ley de Ordenamiento Estructural de la Economía basada en principios neoliberales. Las medidas de Callejas, detractadas por los liberales, tuvieron el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Asociación Internacional para el Desarrollo (AID).

Los liberales recuperaron el control del poder con la asunción de Carlos Roberto Reina para instaurar la Revolución moral. Él llamado Hombre del machete dijo que la administración de Callejas había dilapidado el patrimonio estatal.

Luego, con un proyecto denominado La nueva agenda, el liberal Flores llegó a la Presidencia en enero de 1998; pero en octubre el huracán Mitch devastó el sistema productivo y obligó al Gobierno a cambiar el plan. En medio de la tragedia recibió a Bill Clinton, presidente de EUA (1993-2001), con quien visitó zonas destruidas en Tegucigalpa.

Ricardo Maduro, después de superar las trabas legales por haber nacido en Panamá, se convirtió en candidato del Partido Nacional y ganó las elecciones 2001 peleadas con el liberal Rafael Pineda Ponce.

Golpeado emocionalmente por el secuestro y asesinato de su hijo Ricardo Ernesto Maduro (1997), comenzó una guerra contra las maras que llegaron a mediados de 1990 desde Estados Unidos.

Cuatro años después, el liberal Manuel Zelaya Rosales le ganó a Porfirio Lobo Sosa en 2005, y en 2009 perdió el poder de manera abrupta, seis meses antes de concluir el período presidencial. Zelaya Rosales se distanció de EUA y se acercó a los Gobiernos de izquierda de América Latina. En 2008 recibió al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, (1999-2013) y en 2009 intentó celebrar una consulta llamada La cuarta urna para conocer la opinión de los ciudadanos sobre la reelección. Esto le costó el poder a Zelaya. Tras su expulsión, el progreseño Roberto Micheletti Bain lo sucedió y convocó a elecciones. En 2009, Lobo Sosa venció al liberal Elvin Santos.

Lobo Sosa llegó al poder bajo el compromiso de conformar un Gobierno de unidad nacional para reconciliar a una sociedad que se encontraba polarizada y con el objeto de recuperar las relaciones internacionales deterioradas por la crisis política. En 2014 le entregó el poder a Hernández.

En 2018, Hernández al iniciar un segundo período, en un país con cerca de nueve millones de habitantes, espera aumentar las fuentes de empleo, reducir más los homicidios e iniciar una era de compensación social.