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Aumenta el consumo de la marihuana crispy

  • 11 enero 2018 /

Según Ihadfa, esta droga (marihuana más otras sustancias químicas, como cocaína) comenzó a circular el año anterior.

    San Pedro Sula, Honduras.

    “Lo’ maliantes quieren krippy, krippy... To’a las babys quieren kush, kush...”, dice la canción que suena en uno de los equipos de sonido de un vendedor del parque, mientras, en una esquina cercana a la catedral tres jóvenes arman varios carrucos de hierba verde y fuman libremente.

    Los transeúntes caminan por la acera y, cuando cruzan la humareda, lo único que comentan es “que fuerte este olor”. “Esta es más fuerte”, dice uno de los jóvenes (de contextura delgada y tez trigueña) que fuma y, al mismo tiempo, baila la c anción Krippy Kush, que los reguetoneros y traperos Farruko, Bad Bunny y Rvssian le dedican abiertamente a la droga que lleva ese nombre.

    Krippy kush, cripy o crispy es una droga sucedánea de la Cannabis sativa que se ha puesto de moda en el submundo, en la vida callejera de San Pedro Sula, desde que irrumpió esta canción en el país.

    En Honduras, la comercialización de marihuana es prohibida, sin embargo, las autoridades policiales toleran el consumo.

    El miércoles, la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) capturó a dos mujeres en posesión de ocho bolsas que contenían crispy, hierba mezclada con otras sustancias.

    La marihuana sin aditivos es más barata y consumida por personas como Marvin, un mendigo del centro de San Pedro Sula.
    El año anterior, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) incautó 16,968 libras de marihuana y destruyó 1,928,330 plantas de Cannabis sativa en terrenos ejidales de Olancho, Colón, Atlántida y otros departamentos.

    “La mayor plantación la destruimos en Gualaco, Olancho, era un terreno de entre 22 y 25 manzanas”, relató José Antonio Cuello, portavoz de Fusina. La marihuana es producida en esas áreas montañosas y es transportada a las zonas urbanas, donde es empaquetada o combinada con otras drogas, entre ellas la cocaína, y finalmente vendida en las grandes ciudades con otros nombres, como krippy kush.

    Aunque las autoridades no han detectado plantaciones que hayan sido cultivadas con técnicas especiales para que sean más poderosas, en el narcoambiente los distribuidores aseguran que la marihuana más poderosa es la originaria de Colón.

    La potencia de la marihuana estriba en la mayor concentración del psicoactivo denominado tetrahidrocannabinol ( THC), igualmente conocido como delta-9-tetrahidrocannabinol, el cual también es extraído en laboratorios caseros para convertirlo en un cannabinoide sintético, como el wax, también comercializado en Honduras.

    A diferencia del wax o de los típicos carrucos, crispy o cripy “es la misma marihuana combinada con químicos, pueden ser muchos, como la coca”, explica Corina Alvarado, subdirectora del Instituto Hondureño para la Prevención del Acoholismo, Drogadicción y Farmacodependencia (Ihadfa).

    Entre 2014 y 2017, Fusina incautó 16,687 kilos de cocaína en paquetes, 1,300 kilos en líquido y 697 kilos de pasta. En igual período, decomisó 147,812 libras de marihuana.
    Según Alvarado, “la marihuana es la droga más consumida y la están uniendo hasta con la heroína” en laboratorios improvisados “porque deben tener instrumentos para procesarla”.

    En las calles céntricas de San Pedro Sula un puro de marihuana de baja calidad tiene un precio entre L30 y L50, mientras el krippy cuesta más de L50, según la cantidad en la bolsita.

    La moña, como vulgarmente llaman a esta categoría, ha quedado relegada para el uso de los mendigos, como Marvin, un individuo con trastornos mentales que vive en una acera de la tercera avenida.

    “Yo compré este puro en La Rampla (cerca de barrio Sunceri). Me costó 20, la más fuerte es más cara”, dijo cuando fumaba el puro.

    Autoridades del Hospital Psiquiátrico Santa Rosita y del Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza (los dos de Tegucigalpa) observan un incremento en el número de pacientes procedentes de todo el país que llegan bajo los efectos de la marihuana.

    Entre 2014 y 2017, Fusina destruyó 13 laboratorios de procesamiento de drogas, más de 10,000 plantas de coca y cerca de dos millones de plantas de Cannabis sativa.
    “Hoy (ayer), justamente, llegaron cuatro pacientes. Los familiares los llevan y no saben qué tipo de drogas consumen, si es solo marihuana o marihuana con otras sustancias”, informó Marvin Macedo, director del Santa Rosita.

    En este momento, en la sala psiquiátrica del Santa Rosita se encuentran internados más de 35 pacientes por consumo de drogas.

    Al Mario Mendoza, de acuerdo con la directora América Chirinos, asisten todas las semanas personas psicóticas a causa la marihuana.

    “La hermana de un paciente nos dijo que él había comprado una marihuana que es fuerte y le dicen Oajaca, podría ser cripy”, dijo Chirinos.

    Foto: La Prensa