La Libertad, Comayagua, Honduras.
Los caficultores hondureños enfrentan una dura crisis: la mano de obra es insuficiente para poder recolectar el café que ya maduró y, además, la caída del precio de comercialización de este grano.
Miguel Pon, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras ( Adecafeh), estiman que las pérdidas diarias que registra el sector por esta causa oscilan entre 200 y 300 millones de lempiras.
“Esta es la temporada en la que diariamente se deben comercializar 100,000 quintales, pero no está ocurriendo”, aseguró el dirigente.
El exportador dijo que la falta de mano de obra es un problema recurrente en el país, pero que este año se agudizó con la crisis política luego de las elecciones generales.
“Las tomas de carreteras dificultan el traslado de gente para el corte, afectando a miles de familias que dependen de esta actividad para subsistir. Esto también afecta a los productores; el café debe cortarse a tiempo y someterse de forma inmediata a los procesos de despulpado, lavado y secado para evitar su deterioro”, apuntó.
Omar Fúnez, gerente técnico del Instituto Hondureño de Café ( Ihcafé), dijo que se requiere de forma urgente de unos 500,000 cortadores para la última quincena de diciembre.
Los que sufren
Un equipo de LA PRENSA se trasladó hasta el municipio de La Libertad, Comayagua, una de las zonas de mayor producción del país; y luego de un recorrido de más de 40 kilómetros, puedo constatar que pese a que las plantas de las fincas están cargadas de granos rojos listos para ser recolectados, nadie está realizando esa faena. La presencia de trabajadores es casi inexistente, y lo peor, los granos ya comienzan a sobremadurarse.
El café comienza a verse morado, y en algunos casos ya se secó y desprendió de las ramas.
Ricardo Ramírez, un cafetalero de la zona, contó con tristeza que la escasez de cortadores provocó que perdiera alrededor de 300 quintales del aromático, que significan unos 345,000 lempiras.
“El grano se cayó. Lo peor es que las pérdidas seguirán sumando porque me falta recoger otra parte del grano que ya está maduro, alrededor del 60% del total de la cosecha, y sigo sin trabajadores”, lamentó el caficultor.
Los caficultores hondureños enfrentan una dura crisis: la mano de obra es insuficiente para poder recolectar el café que ya maduró y, además, la caída del precio de comercialización de este grano.
Miguel Pon, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras ( Adecafeh), estiman que las pérdidas diarias que registra el sector por esta causa oscilan entre 200 y 300 millones de lempiras.
“Esta es la temporada en la que diariamente se deben comercializar 100,000 quintales, pero no está ocurriendo”, aseguró el dirigente.
El exportador dijo que la falta de mano de obra es un problema recurrente en el país, pero que este año se agudizó con la crisis política luego de las elecciones generales.
“Las tomas de carreteras dificultan el traslado de gente para el corte, afectando a miles de familias que dependen de esta actividad para subsistir. Esto también afecta a los productores; el café debe cortarse a tiempo y someterse de forma inmediata a los procesos de despulpado, lavado y secado para evitar su deterioro”, apuntó.
Omar Fúnez, gerente técnico del Instituto Hondureño de Café ( Ihcafé), dijo que se requiere de forma urgente de unos 500,000 cortadores para la última quincena de diciembre.
 Las constantes tomas de carretera y el miedo de que se agudice el problema político, han provocado que los cortadores no quieran trasladarse hasta las zonas cafetaleras.
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Un equipo de LA PRENSA se trasladó hasta el municipio de La Libertad, Comayagua, una de las zonas de mayor producción del país; y luego de un recorrido de más de 40 kilómetros, puedo constatar que pese a que las plantas de las fincas están cargadas de granos rojos listos para ser recolectados, nadie está realizando esa faena. La presencia de trabajadores es casi inexistente, y lo peor, los granos ya comienzan a sobremadurarse.
El café comienza a verse morado, y en algunos casos ya se secó y desprendió de las ramas.
Ricardo Ramírez, un cafetalero de la zona, contó con tristeza que la escasez de cortadores provocó que perdiera alrededor de 300 quintales del aromático, que significan unos 345,000 lempiras.
“El grano se cayó. Lo peor es que las pérdidas seguirán sumando porque me falta recoger otra parte del grano que ya está maduro, alrededor del 60% del total de la cosecha, y sigo sin trabajadores”, lamentó el caficultor.
En cada temporada don Ricardo contrataba alrededor de 145 empleados, quienes se encargaban de recoger el aromático de las 60 manzanas que conforman su finca, pero este año solo logró conseguir 8 trabajadores.
José Rodríguez, expresidente de la Asociación Nacional de Cafetaleros de Honduras, (Anacafeh), y cafetalero de la zona, manifestó con impotencia que solo le queda ver cómo se pierde su patrimonio ante la imposibilidad de poder resolver la crisis.
“En la zona, al menos, el 40% del café en grano que se cultiva se va a perder. Es lamentable porque tenemos compromisos financieros que cumplir”, advirtió.
El cafetalero ve difícil poder recuperarse del aprieto que atraviesa, pues del primer corte que hizo a su finca solo logró recoger 200 quintales. Lo que contrasta con los 700 quintales que perdió, y sigue sin encontrar empleados.
Bajos precios
Otro factor que está afectando a este sector es la caída del precio del quintal de café, que en este momento se cotiza en el mercado local entre L3,000 a L3,300 la carga de dos quintales).
Rodríguez explicó que el valor que debe tener este producto, para ser rentable, debe superar los L4,000.
Esto limita a los caficultores para que puedan honrar sus deudas, apuntó.
“Hay productores que deben hasta uno o dos millones, porque vienen arrastrando deudas viejas. Estos compromisos se están volviendo impagables”, lamentó.
Variabilidad
Ricardo Velásquez, extensionista del Ihcafé en La Libertad, dijo que en la zona hay 2,000 productores que cultivan alrededor de 6,600 manzanas, y todos están en la misma condición.
Atribuyó la prematura maduración del grano a la variabilidad climática.
“El grano nunca había madurado tan pronto, y menos todo al mismo tiempo como está ocurriendo, eso agudiza la crisis de falta de cortadores”.
Advirtió que esta situación afectará la calidad del grano.
“El café se está fermentando, y en algunos casos secando. Ese grano no tendrá la misma calidad, y eso reducirá aún más los precios de venta”, lamentó Velásquez.
