26/04/2024
11:53 AM

Emprendedora innova con la venta de totucas de maíz y arroz

El producto no tradicional que elabora la emprendedora ya se vende en los supermercados.

San Pedro Sula, Honduras

Su deseo de producir y lograr ganancias con un producto no tradicional en Honduras nació luego de una visita a Corea, de donde es oriundo su esposo.

“Estábamos en Corea, de vacaciones, fui a una exposición de maquinarias para pequeñas empresas, y una de las máquinas que me llamó la atención fue esta, la que reventaba todo tipo de granos”, cuenta la sampedrana Miriam Aguilar (de 36 años).

De eso ya pasaron cuatro años, pero es hasta hace uno que está viendo los frutos de todo su esfuerzo. Aguilar, quien hace 16 años está casada con un coreano a quien conoció en la empresa en la que laboraba, es dueña de una microempresa llamada Doshirak “alimentos naturales”.

La microempresa consta de la clasificación de granos como maíz, arroz y trigo, los cuales son reventados en una máquina de calor comprada e importada desde Corea. Luego de este proceso, la madre de tres hijos combina el arroz, el maíz o el trigo inflado con dulce de rapadura y canela. Son exquisitos granos de dulce esponjoso y crujiente llamados totucas y que se pueden comer en el desayuno o en la cena, puede formar parte de la alimentación de los niños, ya que son naturales.

En el menú variado de la microempresa Doshirak se encuentra la totuca de arroz, totuca de arroz y maíz, totuca de maíz, totuca de arroz integral y totuca de trigo. “Se llaman totuca, por el proceso que llevan. De la forma que tienen de inflarse”, indica. Miriam cuenta que se sentía estancada, ya que obtener la licencia y el registro sanitario fue un proceso muy engorroso. “Me ha ido bien. Gracias a Dios ahora ya estoy distribuyendo mi producto en los supermercados; pero ha sido difícil introducir un producto no conocido en el mercado, pero los retos nos hacen fuertes”, destaca.

Aguilar comparte que hace cuatro años comenzó a elaborar las totucas, pero las regalaba a las guarderías, asilos y a las familias en bordos, porque aún no sabía cómo venderlas. “Me costó mucho más desaduanar esa máquina que lo que me costó comprarla en Corea. Pero tenía que hacerlo, porque aquí no hay. Es caro producir, porque la energía está muy cara”, comparte. Uno de sus sueños más grandes es volverse una empresa que dé mucho empleo en San Pedro Sula. “Lo que espero es ir adquiriendo más puntos de venta, poder generar más empleo, ayudar de esta forma a la gente, que salgan adelante, ese es mi sueño”, sostiene la emprendedora.