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El Pozo 2 espera a más de 1,300 reos de Támara

  • 14 mayo 2017 /

En la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, la más grande del país, se encuentran más de 640 miembros de maras.

Morocelí, El Paraíso.

La fuga de los 23 pandilleros de la mara 18 de la Penitenciaría de Támara, presidio infestado por la corrupción, el desorden y la ingobernabilidad, presionará a las autoridades a acelerar el traslado de más de mil reos a la cárcel de máxima seguridad El Pozo 2.

Esta nueva prisión, ubicada entre pinares, a la orilla de la carretera que conduce a Danlí, se llama oficialmente Centro Penitenciario El Paraíso, mas los ciudadanos del sector la llaman El Pozo, 2 porque es el presidio gemelo de El Pozo, situado en Santa Bárbara.

Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) y de la Secretaría de Seguridad no han anunciado, hasta ahora, la fecha de los traslados de los mareros que se encuentran recluidos en Támara, pues la operación la ejecutarán de manera sorpresiva en los próximos días.Recién, periodistas de LA PRENSA recorrieron el interior de El Pozo 2 y constataron que toda la estructura está concluida y lista para recibir a parte de los delincuentes más peligrosos.

Múdulos
El Pozo 2 posee tres módulos para albergar a los presidiarios según el nivel de peligrosidad: mínima, media y máxima seguridad.

Foto: La Prensa

La cocina de El Pozo 2 con equipo industrial. Esta cárcel recibirá a reos de la Penitenciaría Nacional de Támara, presidio que alberga actualmente a unos 4,960 presos.

El Pozo 2, al igual que El Pozo en Ilama, opera bajo los protocolos de la Asociación Americana de Prisiones (ACA) que mantienen a raya a todos los reclusos que intentan burlar los sistemas de vigilancia y corromper a las autoridades internas, como ocurre en Támara.

Vigilancia.

El Pozo 2 está construido con un sistema y una infraestructura inexpugnable: ninguna persona puede entrar o salir sin cruzar los controles de extrema seguridad. Toda el área perimetral (incluye la carretera y los bosques adyacentes) y la zona penitenciaria son vigiladas, desde un centro principal de monitoreo, por medio de más de 300 cámaras.

Al mismo tiempo, vigías, instalados en las cabinas de los torreones (cinco en total), permanecen al tanto de lo que sucede en toda el área externa.

Foto: La Prensa

Los reos podrán hablar con los abogados en estos locutorios. Se verán a través de un vidrio blindado.

Con este sistema, la administración de la cárcel sabe perfectamente quién entra y quién sale. Además, con los videos grabados analiza el comportamiento de todas las personas.

Mientras los administradores vigilan las 24 horas las pantallas en el centro principal de monitoreo, en cada uno de los tres módulos que integran el interior del edificio general de la prisión hay centros secundarios. Desde ellos, los custodios observarán, por las pantallas, el comportamiento de todos los reos.

En caso de dudas, ellos podrán subir por unas escaleras y, desde una cabina de vigilancia, constatarán lo que corre en las celdas, en el comedor y las duchas. Si los reos desataran un motín, las autoridades podrán, por medio de agujeros, lanzar gas pimienta.

Foto: La Prensa

En este centro de monitoreo vigilan la cárcel con más de 300 cámaras.

Celdas.

En El Pozo 2, al igual que en El Pozo de Santa Bárbara, los reos de alta peligrosidad estarán recluidos en pequeñas celdas que solamente poseen una cama de concreto, con un colchón de unas cuatro pulgadas, y un retrete para que puedan defecar y orinar.

Los tres platos de comida (desayuno, almuerzo y cena) los recibirán por medio de una pequeña y angosta ventana horizontal que se encuentra en la parte media de la puerta blindada.

Para bañarse, los reos deberán salir de las celdas y caminar hacia el área de duchas, una zona común y compartida con otros reclusos, que es vigilada permanentemente.

Foto: La Prensa

Esta es una puerta de una celda de máxima seguridad.

Procedimiento. Salir y entrar a una celda implicará la ejecución de un procedimiento riguroso para los custodios y los reos.

Para salir, los reos deberán sacar las manos por la ventana de la puerta y esperar que el custodio les coloque las esposas.

Una vez que tenga imposibilitadas las manos, el reo saldrá de la celda, se colocará en un cuadro azul, marcado en el suelo, y el custodio le colocará otras esposas en las extremidades inferiores.

En El Pozo 2, también, los reos de alta peligrosidad deberán caminar esposados, de pies y manos, hasta los locutorios cuando necesiten conversar con un abogado.

En estos locutorios, los reos no tendrán contacto físico con el abogado.

Se verán por medio de un vidrio blindado y hablarán a través de una franja metálica que funcionará como micrófono.

Foto: La Prensa

En la parte superior de cada módulo hay una centro de vigilancia.

Control.

Este presidio posee una entrada, la única, y se encuentra frente a la carretera a Danlí. A través de ella ingresarán abogados, reos, autoridades y visitas que porten carnet emitido por el INP. Una vez que crucen esta entrada deberán someterse a la primera revisión en una aduana. Luego, cada quien tomará uno de tres carriles divididos con vallas metálicas. Este sistema no permitirá el contacto entre empleados, visitas y reos.

En esta cárcel, los reos no pueden recibir las visitas en las celdas, deben recurrir a una sala especial, vigilada por custodios y mediante cámaras.

En El Pozo 2 son casi nulas las probabilidades que tiene un reo de escaparse. Tendría que romper una puerta blindada, cruzar seis aduanas o saltar al área muerta donde puede recibir un balazo.

Foto: La Prensa

Alrededor del edificio general de la prisión hay vallas que evitan las fugas.