Redacción.
Cruzó medio continente para escapar del terror de la violencia en Honduras y proteger así a sus dos hijos pero no fue suficiente. Sonia Marlen Ramos Montes fue asesinada en noviembre de 2013 en Quebec, Canadá, donde residía en condición de refugiada.
Ramos Montes huyó de Honduras luego que el crimen organizado matara a casi todos los miembros de su familia presuntamente por un pleito de tierras, según una publicación el diario canadiense 'La Presse'.
Este año, Devis Leonel Maradiaga, exlíder del cártel de 'Los Cachiros', se atribuyó el crimen mencionando a la mujer como uno de los 78 asesinatos que cometió cuando estaba al mando de esa organización criminal.
Marcada por la tragedia.
Sonia Ramos Montes era originaria de Francia, un pequeño pueblo en el departamento de Colón, al norte de Honduras. La zona vive bajo la influencia de poderosos cárteles de la droga que transportan cocaína de Colombia a México que estimulan una constante lucha armada por tierras entre campesinos y terratenientes.
La hondureña presenció una a una las muertes de sus familiares. En 2004 se encontró con los cadáveres irreconocibles de su hermano Denis Alexi y su padre Óscar Ramos Bobadilla.
Al siguiente año, otro de sus hermanos fue asesinado.
Pero lo peor sucedió en 2006. Sonia se encontraba con sus dos hijos, dos de sus hermanas y un hermano en la casa de su madre.
'Estábamos en la terra cuando aparecieron varios hombres que se llevaron a mi madre de la casa. Resgistraron la propiedad y antes de irse le dispararon a mi madre. Estaba muy preocupada por mis hijos. Los sujetos nos dijeron que si no nos íbamos nos iban a acribillar a todos', relató la hondureña en una carta a las autoridades canadienses de migración.
Cuatro meses más tarde su marido fue asesinado y luego su cuñado.
Viaje sin retorno.
Finalmente decidió abandonar Honduras. Ella y su hermana vendieron su casa por cerca de 100 mil lempiras que utilizaron para viajar en autobús hacia Guatemala y luego a México hasta llegar a Houston, Estados Unidos.
A finales de 2007 llegó a Quebec y solicitó a Canadá la condición de refugiado con otros miembros de la familia.
Su historia convenció a las autoridades canadienses de inmigración que determinaron que ellos se enfrentarían a un peligro real si eran enviados a casa.
Pero el crimen los persiguió hasta Quebec: en 2010, mataron a su primo e hirieron a su hermano en el barrio Saint-Michel y luego sería su turno.
La mañana del 14 de noviembre de 2013, los residentes de la calle Andre-Ampere en el municipio de Rivière-des-Prairies, fueron despertados por una serie de disparos.
El cuerpo de Sonia Ramos Montes fue encontrado acribillado a balazos cerca de su automóvil cuando estaba a punto de irse a trabajar.
Desde el primer instante, la Policía sabía que se trataba de un crimen preparado y cometido a sangre fría con cuidado, tal y como lo hace el crimen organizado.
Ahora sabemos que fue alcanzada por el cártel de Los Cachiros quienes estaban decididos a acabar con toda la familia Ramos.
Recientemente, varios funcionarios hondureños han sido vinculados con el narcotráfico por el exlíder Cachiro y dejado al descubierto varios casos de corrupción al interior del Estado de Honduras que libra una lucha que pareciera que sólo termina al momento de expirar.
Cruzó medio continente para escapar del terror de la violencia en Honduras y proteger así a sus dos hijos pero no fue suficiente. Sonia Marlen Ramos Montes fue asesinada en noviembre de 2013 en Quebec, Canadá, donde residía en condición de refugiada.
Ramos Montes huyó de Honduras luego que el crimen organizado matara a casi todos los miembros de su familia presuntamente por un pleito de tierras, según una publicación el diario canadiense 'La Presse'.
Este año, Devis Leonel Maradiaga, exlíder del cártel de 'Los Cachiros', se atribuyó el crimen mencionando a la mujer como uno de los 78 asesinatos que cometió cuando estaba al mando de esa organización criminal.
 Cientos de kilos de droga han sido incautadas y destruidas por las autoridades hondureñas.
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Marcada por la tragedia.
Sonia Ramos Montes era originaria de Francia, un pequeño pueblo en el departamento de Colón, al norte de Honduras. La zona vive bajo la influencia de poderosos cárteles de la droga que transportan cocaína de Colombia a México que estimulan una constante lucha armada por tierras entre campesinos y terratenientes.
La hondureña presenció una a una las muertes de sus familiares. En 2004 se encontró con los cadáveres irreconocibles de su hermano Denis Alexi y su padre Óscar Ramos Bobadilla.
Al siguiente año, otro de sus hermanos fue asesinado.
Pero lo peor sucedió en 2006. Sonia se encontraba con sus dos hijos, dos de sus hermanas y un hermano en la casa de su madre.
'Estábamos en la terra cuando aparecieron varios hombres que se llevaron a mi madre de la casa. Resgistraron la propiedad y antes de irse le dispararon a mi madre. Estaba muy preocupada por mis hijos. Los sujetos nos dijeron que si no nos íbamos nos iban a acribillar a todos', relató la hondureña en una carta a las autoridades canadienses de migración.
Cuatro meses más tarde su marido fue asesinado y luego su cuñado.
 Fabio Lobo espera sentencia por su contribución con el cártel de Los Cachiros.
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Viaje sin retorno.
Finalmente decidió abandonar Honduras. Ella y su hermana vendieron su casa por cerca de 100 mil lempiras que utilizaron para viajar en autobús hacia Guatemala y luego a México hasta llegar a Houston, Estados Unidos.
A finales de 2007 llegó a Quebec y solicitó a Canadá la condición de refugiado con otros miembros de la familia.
Su historia convenció a las autoridades canadienses de inmigración que determinaron que ellos se enfrentarían a un peligro real si eran enviados a casa.
Pero el crimen los persiguió hasta Quebec: en 2010, mataron a su primo e hirieron a su hermano en el barrio Saint-Michel y luego sería su turno.
La mañana del 14 de noviembre de 2013, los residentes de la calle Andre-Ampere en el municipio de Rivière-des-Prairies, fueron despertados por una serie de disparos.
El cuerpo de Sonia Ramos Montes fue encontrado acribillado a balazos cerca de su automóvil cuando estaba a punto de irse a trabajar.
Desde el primer instante, la Policía sabía que se trataba de un crimen preparado y cometido a sangre fría con cuidado, tal y como lo hace el crimen organizado.
Ahora sabemos que fue alcanzada por el cártel de Los Cachiros quienes estaban decididos a acabar con toda la familia Ramos.
Recientemente, varios funcionarios hondureños han sido vinculados con el narcotráfico por el exlíder Cachiro y dejado al descubierto varios casos de corrupción al interior del Estado de Honduras que libra una lucha que pareciera que sólo termina al momento de expirar.
Fuente: www.lapresse.ca
