26/04/2024
12:56 AM

'A Mel Zelaya yo lo hice dos veces diputado': Carlos Orbin Montoya

  • 04 diciembre 2016 /

El aspirante presidencial dijo: 'No debería ser candidato a los 70 años, pero no había nadie de la vieja guardia'.

Tegucigalpa, Honduras

Estudió Derecho pero nunca ejerció su profesión ya que le ganó su espíritu emprendedor y la política. Este veterano dirigente tiene una larga carrera política, pues desde los 20 años incursionó en las huestes liberales y hoy es uno de los aspirantes presidenciales por el Movimiento Alianza Popular Progresista.

Se trata de Carlos Orbin Montoya, exdiputado y expresidente del Poder Legislativo de 1986 a 1990. En su mejor momento, Montoya buscó la presidencia, pero fracasó en el intento. Hoy de nuevo busca llevar a los liberales al poder.

Nació el 12 de octubre de 1946, tiene tres hijos. Es de religión católica y por varias décadas se ha dedicado a las actividades del agro y el comercio internacional.

¿Cómo es Carlos Orbin Montoya?

Soy un hombre pragmático, con mucha formación social. Soy abogado y siento que tengo una vocación de servicio, toda mi vida he estado en eso y me he desarrollado como un pequeño emprendedor y trabajo desde los 14 años.

¿A qué edad incursionó en la política?

Mi relación política viene con el Partido Liberal a los 20 años, estaba en la universidad. Conocí al doctor Modesto Rodas Alvarado a través de mi papá.

¿Entonces viene de una familia política?

No burocrática, pero si política. Se hablaba y se discutía de política en casa de mis abuelos.

¿Qué cargos públicos ha tenido?

Fui secretario, vicepresidente y presidente del Congreso Nacional, también fui constituyente. Después fui embajador y estuve como director en el Banco Central y ministro sin cartera de Inversiones. En la empresa privada me he desarrollado en el comercio.

¿A qué se dedica ahora?

Me trasladé al agro, he sembrado café, caña, frijoles y maíz, ahora tengo una finca de limones en Talanga y estoy sembrando palma africana. He estado dedicado en los últimos 35 años a la actividad agropecuaria y política.

¿Por qué estudió Derecho y se dedicaba al comercio?

Lo hice por nivel cultural, por tener una profesión que me gustara, no para ejercerla; en realidad porque mis actividades empresariales fueron creciendo con el tiempo. Después vincular mi actividad comercial con la lucha política del retorno constitucional de un gobierno militar que se había prolongado durante 18 años a raíz de un golpe militar en 1963. Eso lo logramos en 1980 que fui constituyente y luego fui diputado por varios periodos y aspirante presidencial.

¿Por qué decide ser candidato presidencial en este momento?

En realidad, yo no quería ser candidato, tengo 70 años y debería estar retirado, pero como el Partido Liberal está caído en tercer lugar. No hay aspirantes de los sectores tradicionales (o vieja guardia) participantes en el partido y con la desgracia que le pasó a los Rosenthal hemos perdido una familia muy beligerante. De las personas que busqué, que llenaban los requisitos, no quisieron enfrentar la situación porque pesa muy fuerte el continuismo de Juan Orlando, creen que él va a continuar a como dé lugar y eso imposibilita cualquier aspiración.

¿Pagó el millón de lempiras para inscribir su movimiento?

Eso lo considero ilegal, extemporáneo y absurdo. Un partido político en la llanura lo que quiere es aumentar sus simpatizantes y no correrlos, eso es como un impuesto de terror o un impuesto de guerra, quien puso eso es para eliminar los movimientos que no tenemos patrocinio del Gobierno. No lo he pagado, de los seis movimientos hay cuatro que nos oponemos a pagar.

¿Cómo ve a los demás aspirantes presidenciales del partido?

Todos son nuevos, excepto doña Gabriela, que hace un tiempo decía que no era liberal sino técnica. Creo que el voto duro lo tenemos nosotros.

¿Por qué cree que tiene ese voto?

Porque ya nos conocen, estuve en un Congreso con mucho éxito y elegimos a la Corte Suprema de Justicia que fue transparente y se puede investigar el presupuesto que manejábamos que no llegabámos a 23 millones de dólares, y hoy es de más de 100 millones de dólares. Además, jamás me han acusado de corrupción; he sido totalmente transparente y nunca he sido sectario, yo condeno lo mal hecho, la gente que se aprovecha de las banderas políticas para enriquecerse ilegalmente. Pero respeto la actividad política de cada quien.

¿Qué caracterizó su gestión en el Congreso?

Hicimos muchas cosas, declaramos al Distrito Central como Municipalidad, creamos la Ley de Municipalidades. También, se creó el décimo tercero y cuarto mes de salario, entre otras acciones.

¿Cuáles eran las negociaciones más difíciles en el Congreso cuando estuvo de presidente?

Al principio teníamos 47 diputados, el grupo disidente de José Azcona tenía 17 y más los del Partido Nacional hacían mayoría. La lucha era que el Gobierno no se constituyera para lograr que Roberto Suazo Córdova gobernara dos años más. Convencer al Partido Nacional que el presidente electo era Azcona nos costó un cabildeo nacional e internacional enorme.

¿Cómo es su relación con Manuel Zelaya?

Normal, a Mel Zelaya yo le abrí las puertas del Partido Liberal y lo hice diputado dos veces. La primera vez en el gobierno de Azcona y después como mi coordinador del departamento de Olancho cuando me lancé como candidato presidencial y obtuve 19 diputados.

¿Ve independencia en los poderes del Estado?

No, el Presidente controla los demás poderes.

¿A qué se refería cuando dijo que la presidenciable Gabriela Núñez es el lado oscuro del partido?

Porque fue ministra de Finanzas en el gobierno de Roberto Michelleti y la deuda se elevó a 200 mil millones de lempiras. Hay una facción del partido que es golpista y se presta a la corrupción del gobierno de Pepe Lobo y ahora de Juan Orlando.

¿Qué piensa del papel que realiza la Maccih?

Son grupos burocráticos que hay que tenerles paciencia. La OEA tiene un reto con la instalación de esa comisión y si este grupo fracasa la OEA habrá fracasado también.

¿Cuál sería su prioridad como presidente?

Hacer un gobierno pequeño y facilitador para que el dinero sea invertido en el pueblo, esa es la fórmula, no hay otra. Con ese ejemplo la ayuda externa volverá.