San Pedro Sula, Honduras.
Son niños que deberían estar en la escuela, pero son utilizados por adultos en las calles para ejercer la mendicidad.
Algunos de esos adultos son sus padres, parientes o vecinos que aprovechan el cambio de luces de los semáforos para acercarse a los vehículos que se detienen a pedir dinero; algunas personas les dan, otras los ignoran.
Cada día más niños se ubican en las intersecciones para mendigar, otros disimulan esta labor limpiando los vidrios de los vehículos o realizan algún acto de malabarismo.
Según un estudio publicado por Casa Alianza, en Honduras hay 2,638,421 menores de edad entre los 5 y 17 años; de los cuales el 15% trabaja.
El documentos señala que en Tegucigalpa y San Pedro Sula es en donde más explotación sexual-comercial de niños y jóvenes se documenta.
Delmi Murcia, directora regional de la Dirección de Niñez Adolescencia y Familia (Dinaf) asegura que junto con otras instituciones gubernamentales y no gubernamentales realizan operativos todas las semanas en las calles para rescatar a los niños y niñas y llevarlos a albergues.
“Hacemos un mapeo de la ciudad y atendemos por áreas porque no tenemos hogares de protección propios para hacer un trabajo de calles y recogerlos todos a la vez. De acuerdo a nuestro mapeo intervenimos diferentes áreas y los vamos colocando en los hogares de protección que están en manos de ONG”, expresó.
Los pequeños son atendidos en los albergues por personal capacitado y se les brinda alimentación, atención médica. Cuando un niño le es quitado a sus padres, se le devuelve bajo acta de compromiso que ya no lo tendrá en la calle, dijo.
Son niños que deberían estar en la escuela, pero son utilizados por adultos en las calles para ejercer la mendicidad.
Algunos de esos adultos son sus padres, parientes o vecinos que aprovechan el cambio de luces de los semáforos para acercarse a los vehículos que se detienen a pedir dinero; algunas personas les dan, otras los ignoran.
Cada día más niños se ubican en las intersecciones para mendigar, otros disimulan esta labor limpiando los vidrios de los vehículos o realizan algún acto de malabarismo.
La Dinaf pide a la fiscalía que se involucre para penalizar a los padres que ponen los derechos de sus hijos en vulneración.
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El documentos señala que en Tegucigalpa y San Pedro Sula es en donde más explotación sexual-comercial de niños y jóvenes se documenta.
Delmi Murcia, directora regional de la Dirección de Niñez Adolescencia y Familia (Dinaf) asegura que junto con otras instituciones gubernamentales y no gubernamentales realizan operativos todas las semanas en las calles para rescatar a los niños y niñas y llevarlos a albergues.
La mayoría de los pequeños padecen varias enfermedades.
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Los pequeños son atendidos en los albergues por personal capacitado y se les brinda alimentación, atención médica. Cuando un niño le es quitado a sus padres, se le devuelve bajo acta de compromiso que ya no lo tendrá en la calle, dijo.
A pesar de los operativos que la Dinaf ejecuta una vez en la semana en las calles de San Pedro Sula, los menores siguen pidiendo dinero.
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