San Pedro Sula, Honduras.
José (nombre ficticio) es una de las víctimas de una mafia que se adueña, mediante falsificaciones, de bienes inmuebles para luego estafar a terceros.
El afectado se enteró que su propiedad, ubicada en el sector sureste de San Pedro Sula, estaba a nombre de otra persona cuando fue a Catastro Municipal a verificar si debía impuestos.
“En 2013 fui a pagar los impuestos y me dijeron que no debía nada, fui el siguiente año y me dijeron lo mismo. Volví a ir con el número catastral para verificar y fue en ese momento que me dijeron que mi propiedad no estaba a mi nombre”, relató.
El afectado acudió al Instituto de la Propiedad (IP) para verificar y efectivamente su bien había sido vendido aparentemente por él a una persona que no conoce.
Según documentos en poder de LA PRENSA, la propiedad fue vendida a finales de 2012.
“Al acudir al Instituto de la Propiedad me enteré que mi casa yo la había vendido y luego el comprador la hipotecó a una financiera, después de saldar esa deuda el supuesto nuevo dueño, junto con un socio, la dieron en garantía por un crédito a una empresa que la iba a subastar para recuperar su dinero”, manifestó.
En la desesperación por recuperar su propiedad, José contrató a un abogado y denunció el caso en el Ministerio Público el año pasado.
El profesional del derecho contratado por la víctima de esta mafia, la cual se agencia millones de lempiras con la adquisición fraudulenta de bienes inmuebles, constató que la supuesta compra-venta se hizo ante un notario sampedrano, quien admitió que el afectado jamás había estado ante sus ojos como vendedor.
“El notario dijo que le presentaron una cédula con mi nombre y número de identidad, pero con otra foto”, explicó.
La red de supuestos estafadores está formada, según las investigaciones, por abogados, notarios y en ocasiones personal del IP. La banda falsifica las escrituras de las propiedades y hace los traspasos para luego venderlas o hipotecarlas.
José (nombre ficticio) es una de las víctimas de una mafia que se adueña, mediante falsificaciones, de bienes inmuebles para luego estafar a terceros.
El afectado se enteró que su propiedad, ubicada en el sector sureste de San Pedro Sula, estaba a nombre de otra persona cuando fue a Catastro Municipal a verificar si debía impuestos.
“En 2013 fui a pagar los impuestos y me dijeron que no debía nada, fui el siguiente año y me dijeron lo mismo. Volví a ir con el número catastral para verificar y fue en ese momento que me dijeron que mi propiedad no estaba a mi nombre”, relató.
| Recurso
El afectado hasta el momento no ha recuperado su propiedad. Interpuso además una demanda ante el Juzgado de Letras de lo Civil de San Pedro Sula, pero aún no se resuelve.
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Según documentos en poder de LA PRENSA, la propiedad fue vendida a finales de 2012.
“Al acudir al Instituto de la Propiedad me enteré que mi casa yo la había vendido y luego el comprador la hipotecó a una financiera, después de saldar esa deuda el supuesto nuevo dueño, junto con un socio, la dieron en garantía por un crédito a una empresa que la iba a subastar para recuperar su dinero”, manifestó.
En la desesperación por recuperar su propiedad, José contrató a un abogado y denunció el caso en el Ministerio Público el año pasado.
El profesional del derecho contratado por la víctima de esta mafia, la cual se agencia millones de lempiras con la adquisición fraudulenta de bienes inmuebles, constató que la supuesta compra-venta se hizo ante un notario sampedrano, quien admitió que el afectado jamás había estado ante sus ojos como vendedor.
“El notario dijo que le presentaron una cédula con mi nombre y número de identidad, pero con otra foto”, explicó.
La red de supuestos estafadores está formada, según las investigaciones, por abogados, notarios y en ocasiones personal del IP. La banda falsifica las escrituras de las propiedades y hace los traspasos para luego venderlas o hipotecarlas.
