Las gallinas hacen que los mosquitos de la malaria huyan

Los olores emitidos por las gallinas y otros animales hacen que los mosquitos no se alimentan de la sangre de las personas

  • 23 jul 2016

Estados Unidos

Aunque una gallina podría parecer una elección extraña como compañera de cama, dormir con una cerca podría protegerle de la malaria, sugiere un nuevo estudio.

Los investigadores hallaron que una de las especies principales de mosquito (Anopheles arabiensis) que trasmite la malaria en el África subsahariana evita a las gallinas cuando tiene la intención de alimentarse de sangre.

Estos mosquitos usan su sentido del olfato para distinguir entre las gallinas y los animales de los que se alimentan.

El descubrimiento sugiere que los olores emitidos por las gallinas y otros animales de los que los mosquitos no se alimentan podrían proteger a las personas de las enfermedades trasmitidas por mosquitos, señalaron los investigadores.

El estudio aparece en la edición del 20 de julio de la revista Malaria Journal.

'Nos sorprendió ver que los mosquitos que trasmiten la malaria se sienten repelidos por el olor de las gallinas. Este estudio muestra por primera vez que los mosquitos que trasmiten la malaria evitan activamente alimentarse de ciertas especies de animales, y que esa conducta se regula por el olor', comentó en un comunicado de prensa de la revista el autor para la correspondencia, Rickard Ignell.

Indicó que las personas del África subsahariana han sufrido considerablemente durante mucho tiempo debido a la malaria. Y los mosquitos se están volviendo cada vez más resistentes a los pesticidas. También han cambiado sus hábitos de alimentación, dijo Ignell, que trabaja en la Universidad Sueca de Ciencias de la Agricultura, en Alnarp.

'Existe la necesidad de desarrollar nuevos métodos de control. En nuestro estudio, hemos podido identificar a una cantidad de componentes del olor que podrían repeler a los mosquitos que trasmiten la malaria en busca de huéspedes y evitar que entraran en contacto con las personas', añadió Ignell.

También participaron en el estudio investigadores de la Universidad de Adís Abeba, en Etiopía.