La malla vaginal, un dispositivo de alto riesgo

La incontinencia de esfuerzo se produce cuando al toser, reír o hacer otros movimientos que produzcan presión en la vejiga

  • 11 sep 2015

Estados Unidos

Un nuevo informe plantea que la colocación de la malla vaginal mediante cirugía es un método relativamente seguro en el tratamiento de la incontinencia urinaria de las mujeres, a pesar de las preocupaciones expresadas por los organismos reguladores de Estados Unidos.

Solo una de cada treinta mujeres que reciben el implante de malla vaginal sintético para tratar la incontinencia urinaria de esfuerzo tendrán una complicación que requerirá una segunda cirugía,
según un estudio de seguimiento en el que participaron casi 60,000 mujeres canadienses durante
una década.

'Si una mujer recibe el implante de una malla vaginal, el 97% de las veces no sufrirá ninguna complicación y conseguirá buenos resultados al cabo de 10 años, en lo concerniente al riesgo de una segunda cirugía en
el futuro', señaló el autor del estudio la doctora Blayne Welk, profesor adjunto de urología de la Facultad de Medicina y Odontología Schulich de la Universidad de Western Ontario.

Los investigadores también encontraron que las mujeres pueden reducir en gran medida el riesgo de complicaciones si eligen a un cirujano que realiza regularmente estos implantes de malla vaginal.

'Es preferible escoger a un cirujano que haga esta cirugía de manera periódica', recomendó el doctor Harvey Winkler, codirector de la División de Medicina Pélvica Femenina y Cirugía Reconstructiva del Sistema de
Salud North Shore-LIJ de Great Neck, Nueva York. 'De modo que cuando realice el implante, sea
simplemente otro procedimiento rutinario de la consulta', agregó Winkler, que no formó parte del estudio.

La incontinencia de esfuerzo se produce cuando al toser, reír, estornudar o hacer otros movimientos que ejercen presión sobre la vejiga se escapan pequeñas cantidades de orina.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ha emitido varias advertencias en los últimos años con relación a la seguridad de la malla vaginal, según la información de respaldo del artículo.

Las mallas vaginales pueden causar dolor, infección, sangrado, molestias durante las relaciones sexuales y problemas urinarios, de acuerdo con la FDA.

Además, la cirugía para extraer o reparar la malla vaginal no siempre alivia estos síntomas.

Recientemente, la FDA informó en abril de 2014 que planeaba reclasificar la malla vaginal como un dispositivo de 'alto riesgo' para reparar el prolapso de órganos pélvicos, que se produce a causa de la debilidad o fallo de los músculos que hacen que un órgano pélvico como la vejiga, el intestino y el útero se desplace de su ubicación natural y sobresalga (prolapso) por la vagina.

En Estados Unidos, más de 50,000 mujeres han presentado demandas colectivas por complicaciones derivadas de la cirugía para tratar la incontinencia y el prolapso con malla vaginal, señalaron los investigadores.

Tratamiento

La malla vaginal se utiliza con más frecuencia para tratar la incontinencia que el prolapso de órganos
pélvicos, apuntó Welk. Durante el estudio de 10 años, alrededor de 5,000 mujeres recibieron implantes de malla vaginal para tratar el prolapso, mientras que 60,000 lo hicieron para tratar la incontinencia.

Winkler explicó que el tratamiento de la incontinencia requiere solamente una pequeña franja de malla sintética que se inserta para reforzar la uretra, mientras que los cirujanos deben utilizar mallas más grandes para tratar el prolapso.

Sin embargo, Welk señaló que para el estudio la definición de un cirujano de gran volumen era un médico que realiza un promedio de 17 cirugías de malla vaginal cada año. 'No se trata de cientos de cirugías al año', apuntó Welk.

Los resultados muestran que la cirugía para tratar la incontinencia mediante malla vaginal sintética es segura, y que las mujeres que se han sometido a esta cirugía pueden estar tranquilas, dijo
Winkler.