El adulto mayor que está activo mejora su fuerza muscular y evita caídas

Puede realizar actividades como caminar, andar en bicicleta o bailar. Además debe mantener un buen control de su comida y proteger su piel.

  • 30 nov 2016

San Pedro Sula.

Las personas de la tercera edad deben mantener un estilo de vida saludable para evitar padecer enfermedades crónicas y si ya las sufren les ayudará a controlarlas adecuadamente.

La nutricionista Silvia Quesada comenta que las personas con diabetes e hipertensión deben llevar un estilo de vida saludable que incluya una dieta balanceada, práctica constante de actividad física y una buena hidratación.

Por dieta balanceada nos referimos a aquella que incluya todos los grupos de alimentos (carbohidratos, frutas, vegetales, proteínas, lácteos y grasas) en la proporción adecuada para cada persona. La cantidad de porciones varía según género, edad, padecimientos, nivel de actividad física, peso y otros factores a tomar en consideración, detalla. El cálculo preciso de la dieta se debe llevar a cabo por un profesional con el fin de asegurar que se va a obtener todos los nutrientes necesarios.

Debe consumir proteínas, grasas saludables y carbohidratos, de estos prefiera los integrales. Si padece de diabetes tipo 2 e hipertensión controle el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares. Consuma cinco comidas diarias que se reparten de tres grandes y dos meriendas.

Impresiones.

El adulto mayor debe hacer ejercicio en su etapa adulta, pues esto presenta menores tasas de mortalidad por causas como cardiopatía coronaria, hipertensión o diabetes tipo 2, también tienen menor riesgo de caídas, sus funciones cognitivas están mejor conservadas y tienen menor riesgo de limitaciones.

La mayoría de los padecimientos se ven beneficiados con la actividad física. En algunos casos sería monitoreado solamente, expresa María Luisa Ballí, directora del Instituto de Bienestar Integral, de México.

Las personas de la tercera edad que ingieren varios medicamentos pueden presentar reacciones en la piel debido a las sustancias de los fármacos, alertó Guadalupe Ortiz Pedroza, de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).

La dermatóloga sostuvo que entre el 3 y 4% de los adultos mayores con tratamiento farmacológico presentan reacciones en la piel. “Este grupo de pacientes son más susceptibles porque las medicinas que toman son más numerosas conforme aumenta la edad”, explica Ortiz. Las reacciones van desde ronchas, urticaria, pequeñas lesiones rojas que provocan mucha comezón, hasta infecciones en la piel causadas por rascarse, detalló. Dado que la piel de los adultos de la tercera edad es más frágil, hay riesgo de una reacción severa.

Recomendaciones para cuidar la piel: usar sustitutos de jabón, como lociones limpiadoras. Elegir cremas humectantes o emolientes. Evite el uso de zacate o esponjas ásperas. Observar qué medicamentos causan alguna reacción y consultarlo con el médico.

Más beneficios

1 El ejercicio fortalece músculos y huesos. La pérdida de masa muscular y la descalcificación de los huesos son condiciones inevitables con el paso de la edad. La actividad física puede traer beneficios para pacientes con diversos enfermedades crónicas.

2. En pacientes con diabetes mellitus o tipo 2, específicamente, ayuda a que el músculo sea más sensible a la insulina, lo que mejora sus niveles de control de la glucosa o azúcar en la sangre. El ejercicio físico forma parte del tratamiento del diabético.

3. Da equilibrio para evitar caídas. El ejercicio, como los aparatos con ligas y las prácticas de técnicas como el tai chi y el yoga estimulan la fuerza, flexibilidad y balance para evitar caídas que puedan traer consigo fracturas.

4. Repara el sueño. Un sueño no reparador repercute en todo el funcionamiento del cuerpo y la mente del día siguiente, además de afectar el humor y el desempeño en cualquier actividad. Ayuda a regular los patrones del sueño de los adultos mayores.

5. Para los adultos de 65 en adelante, la OMS recomienda realizar actividad física 30 minutos cinco días a la semana y trabajo de fuerza dos veces a la semana para fortalecer la masa muscular, calcificar los huesos y prevenir enfermedades.

Bien activo y feliz

La licenciada en educación Suyapa Padilla indica que para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos como paseos caminando o en bicicleta. Además de actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.

Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y funcional, y de reducir el riesgo de depresión y deterioro cognitivo, se recomienda que los adultos de 65 años en adelante dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

La actividad se practicará en sesiones de 10 minutos, como mínimo. Para obtener mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edades dediquen hasta 300 minutos semanales a la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien 150 minutos semanales de actividad física aeróbica vigorosa, o una combinación equivalente de moderada y vigorosa.