SAN PEDRO SULA. Calor, ondas de ultrasonido, láser, presión de aire, campos magnéticos y energía eléctrica controlada son algunas de las herramientas que los fisioterapeutas utilizan para contrarrestar el dolor y devolver la movilidad tras una lesión.
Sin embargo, antes de recurrir a cualquier tipo de fisioterapia se debe acudir con un médico especialista en ortopedia, medicina del deporte o traumatología deportiva, señala José Gilberto Franco, subdirector de Medicina del Deporte del Instituto Nacional de Rehabilitación de México. “El médico va a hacer el diagnóstico preciso para determinar el tipo de lesión y la gravedad para poder prescribir correctamente medidas generales, medicamentos o la terapia física más adecuada”, explica.
Seguro. El tipo de terapia a aplicar, dice, depende de si la lesión a tratar es aguda, subaguda o crónica; si es superficial o profunda y si abarca solo uno o varios rangos de movimiento articular.
Alexandro Santamaría, fisioterapeuta y maestro en Ciencias del Deporte, apunta que no todas las lesiones requieren de sesiones de fisioterapia, sino solo cuando el movimiento se ve limitado, cuando el dolor persiste o cuando se presenta fibrosis después de una inmovilización de varias semanas.
“Cuando hay una lesión en la que se involucren los tejidos blandos como ligamento, músculo, tendón, cápsula articular o fascia y se requiere una inmovilización de tres o cuatro semanas se puede presentar fibrosis, que es como una cicatriz interna.
“Cuando esta fibrosis empieza a adherirse a los tejidos que están a su alrededor es cuando se presenta dolor o limitación en el movimiento, ahí es cuando se necesita fisioterapia”, explica.
El fisioterapeuta y profesor en el Instituto Profesional en Terapias y Humanidades (Ipeth) subraya la importancia de acudir a todas las sesiones recomendadas por el médico para recuperar completamente la funcionalidad. “Si el sujeto abandona la terapia porque ya no siente dolor, es probable que no tenga la fuerza suficiente y, por lo tanto, no sea funcional para todas sus actividades.
“Al no ser funcional, en ciertos momentos en los que tendrá forzosamente que realizar algo, estaría sobrecargando los tejidos y ello conlleva a una lesión posterior. Es un círculo vicioso”, advierte. Santamaría destaca la importancia de verificar que el personal que va a aplicar la terapia sea licenciado en Fisioterapia. “Tienes que asegurarte de que sea alguien que estudió una carrera en Fisioterapia porque hay quien se dice fisioterapeuta solo porque hizo un curso de Quiropráctica, son personas que no tienen la preparación para manipular el cuerpo.