A sus 29 años, Ana habla cinco idiomas: inglés, francés, alemán, italiano y español. Es maestra, trabaja como traductora, saca un máster en Francia, tiene una escuela en línea y jamás se olvida de sus raíces hondureñas, de su madre trabajadora, de su padre ejemplar y de todas las personas que han estado en su sacrificada pero exitosa formación.