Al menos tres francotiradores mataron a cinco policías e hirieron a otros seis en Dallas (Texas), en un episodio que el presidente estadounidense Barack Obama definió como un ataque 'salvaje, calculado y despreciable'.
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Los francotiradores 'coordinados' dispararon desde posiciones elevadas a los oficiales.
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El ataque ocurrió durante una protesta antirracista, motivada por la muerte de dos ciudadanos negros a manos de la policía en Luisiana y Minnesota esta semana.
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La policía hizo circular por Twitter la foto de un sospechoso, identificado como Mark Hughes, que se entregó 'nada más' ver su imagen en las redes sociales.
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Uno de los sospechosos de la matanza murió, tras pasar más de una hora atrincherado en un estacionamiento. En tanto, la policía se ha apostado alrededor de la ciudad tras la masacre.
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Personal médico en el hospital de Dallas donde fueron internados los agentes heridos, formó una barrera protectora a la entrada del edificio. La imagen del gesto se viralizó en las redes.
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La violencia contra la policía en Dallas se suscitó durante una protesta antirracial que se multiplicó en varias ciudades.
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La policía mantiene cerrada una amplia zona del centro de la ciudad e investiga dos paquetes sospechosos por la posibilidad de que contengan explosivos.
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El oficial Brent Thompson ha sido identificado como uno de los fallecidos durante el ataque.