El mandatario chino Xi Jinping, de 64 años, confirmó este año su enorme poder, solo comparable entre los pasados líderes comunistas chinos al que tuvo el fundador del régimen Mao Zedong luego de que se aprobara una enmienda constitucional que establece su presidencia indefinida.
Hijo de uno de los fundadores de la guerrilla comunista y perteneciente a la casta de los “príncipes rojos”, descendientes de los revolucionarios que llegaron al poder en 1949, antes de ser purgados por Mao, Xi se ha convertido en una figura de culto en la potencia asiática.
Ha gobernado con mano de hierro durante los últimos cinco años, y fue uno de los protagonistas de este año al embarcarse en una agresiva guerra comercial con Estados Unidos, con la aplicación mutua de aranceles, que alcanzó una tregua tras la cumbre del G20 ante la inestabilidad en los mercados.
Con ese telón de fondo, China celebró este mes con gran pompa los 40 años de reformas económicas que la convirtieron en la segunda economía mundial, al tiempo que el mandatario rechazó cualquier interferencia extranjera en el camino elegido por el gigante asiático. “Nadie puede dictar al pueblo chino lo que debe o no debe hacer”, declaró Xi al resaltar espectaculares avances económicos y sociales de China desde las reformas iniciadas en 1978.
El presidente chino reconoció la necesidad de encontrar un equilibrio entre reformas, desarrollo y estabilidad en un momento en que el crecimiento en China se ralentiza. La economía china arrastra unos elevados niveles de deuda, lo que obligó a las autoridades a adoptar una política restrictiva de crédito y disminuir las inversiones en infraestructuras.
Además, sus socios económicos estadounidenses o europeos le reprochan que la liberalización de los mercados sigue siendo insuficiente. En el último año, Xi ha puesto su vista en América Latina, creando nuevas alianzas con El Salvador, República Dominicana y Panamá, antiguos aliados de Taiwán en la región. Pekín se consolidó como el segundo socio comercial de la región con un aumento del comercio del 20% .
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9. Bolsonaro, el clon de Trump llega al poder.
Jair Bolsonaro se dio a conocer más por sus exabruptos misóginos, racistas y homófobos que por sus proyectos como diputado, pero la ambición de este exmilitar, buscador de oro en sus horas libres, lo llevó a alcanzar el tesoro más valioso de su carrera: la presidencia de Brasil.
El ultraderechista, de 63 años, conquistó el voto de 57 millones de brasileños en la contienda de octubre pasado (55%) contra el izquierdista Fernando Haddad; y su fuerza política, el hasta entonces minúsculo Partido Social Liberal (PSL), se convirtió en la segunda mayor representación en el Congreso. Defensor de la dictadura (1964-1985) y de sus métodos de tortura, Bolsonaro se presenta como el gobernante de mano dura capaz de regenerar un país agotado por los escándalos de corrupción, la violencia y la crisis económica.
Al presidente electo se le conoce como “el Donald Trump brasileño” por su retórica incendiaria. A comienzos de septiembre estuvo a punto de morir cuando recibió una puñalada en el abdomen durante un mitin y que lo llevó a cerrar su campaña desde el hospital. El próximo 1 de enero asumirá la presidencia de Brasil en un nuevo capítulo de la democracia en el gigante de Sudamérica.
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France's President Emmanuel Macron looks on during a meeting with 400 Chad women at the Women Palace in N'Djamena on December 23, 2018 as part of a visit to meet with 'Barkhane' soldiers and the Chadian President. (Photo by Ludovic MARIN / AFP)
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11. Theresa May, en la cuerda floja por el brexit.
Dada por políticamente muerta en incontables ocasiones desde que llegó al poder hace dos años y medio, el futuro de la primera ministra británica, Theresa May, anda de un hilo. Fiel a su reputación de testaruda, esta política de 62 años que proyecta una imagen de frialdad un poco mecánica se declaró “decidida a terminar la tarea” de sacar a Reino Unido de la UE.
Sin embargo, el acuerdo de brexit que negoció con Bruselas, y que defiende como “el mejor posible”, sigue enfrentando un duro rechazo en el Parlamento y si este lo acaba tumbando en la votación de ratificación, la posición de May, quien llegó al poder en 2016 sucediendo a David Cameron, volvería rápidamente a verse en entredicho.
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12. Meghan, la actriz convertida en duquesa.
La exactriz estadounidense Meghan Markle fue uno de los personajes más seguidos del año tras su boda con el príncipe Harry de Inglaterra.
La protagonista de Suits llevó un soplo de aire fresco a una monarquía almidonada en tradiciones; sin embargo, se ha visto envuelta en una serie de escándalos desde su llegada al palacio de Kensington.
Meghan, en espera de su primer hijo junto a Harry, anunció que se mudará a Windsor el próximo año, tras ganarse el apodo de duquesa difícil por las renuncias de sus asistentes y por un supuesto desencuentro con Kate Middleton.