La oposición de Nicaragua exige la salida del presidente Daniel Ortega, tras desatar una feroz represión contra manifestantes en la ciudad de Masaya, que fue convertida en 'una zona de guerra' con enfrentamientos entre policías y cientos de personas defendiéndose con armas caseras en las calles.
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Cinco personas murieron en estos enfrentamientos ayer en Masaya, incluido un joven de 15 años, informó la ONG Asociación Nicaragüense de Protección a Derechos Humanos (ANPDH).
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Demostrators during protests in Monimbo neighborhood in Masaya, some 40km from Managua on June 2, 2018. The death toll from weeks of violent unrest in Nicaragua rose to almost 100 as embattled President Daniel Ortega rejected calls to step down and the Catholic church, which has tried to mediate the conflict, refused to resume the dialogue. / AFP PHOTO / INTI OCON
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Las detonaciones de morteros artesanales, disparos y gases lacrimógenos mantenían un ambiente de tensión en esa ciudad de 100 mil habitantes, qye demanda la renuncia del presidente Ortega en el marco de las protestas antigubernamentales que iniciaron el 18 de abril en rechazo a una reforma al sistema de pensiones, dejando más de 100 muertos.
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En el Mercado Viejo de Masaya huele a humo. Está quemado. Antes era un lugar turístico de gastronomía, souvenirs, recuerdos y artesanías. Ahora está arrasado. En la esquina está la sede de la Policía Nacional, donde están atrincherados los antimotines y donde tienen presos a unos 11 civiles. Los jóvenes aseguran que si los liberan les darán a dos de los suyos que tienen en una plaza.
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En esta batalla los bandos no parecen igualitarios. Unos lanzan balas y otros solo morteros, piedras y lo que encuentran a su paso. El líder, al que le llaman 'Chago', pasea en su moto para vigilar y para proteger a los suyos. El párroco de la iglesia les ayuda en la negociación.
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Vecinos y manifestantes en la zona denunciaron la presencia de varios francotiradores en la sede de la policía de Masaya, con vista al parque San Miguel, en el centro de la ciudad.
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Por su parte, la policía denunció saqueos, incendios y disturbios en al menos otras seis ciudades, incluidas Managua y Masaya, en ataques que atribuyó a la 'derecha'.
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Amnistía Internacional acusó el lunes al gobierno de Ortega de usar fuerzas paramilitares, conocidas como 'turbas', para reprimir las manifestaciones.
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Dos días después, la policía y fuerzas de choque oficialistas atacaron a balazos a una multitudinaria manifestación opositora, encabezada por las madres que han perdido a sus hijos en las protestas, en una sangrienta jornada que dejó al menos 16 muertos.
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La Policía de Nicaragua también confirmó la muerte del estadounidense Sixto Henry Vera, de 48 años, y atribuyó ese homicidio a 'grupos delincuenciales que, encapuchados, con armas de fuego, morteros y bombas molotov, operan en el sector' de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), en Managua, que se mantiene tomada por un grupo de estudiantes que protestan contra el Ejecutivo.
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En tanto, el sacerdote Edwin Román, párroco de la iglesia San Miguel en Masaya, denunció que una de las cinco víctimas en Masaya fue ejecutada por una agente policial.
'El joven (identificado como Donald López) le dijo: 'si me vas a matar, mátame', y la mujer policía lo ejecutó. Cayó enfrente de la parroquia San Miguel', afirmó el religioso.
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Foto: La Prensa
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La violenta jornada dejó cientos de heridos en las principales ciudades y numerosos detenidos.
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Personal médico voluntario y personal de la Cruz Roja atendieron a varios de los heridos, alcanzados por las armas de fuego, en plena calle.
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Los jóvenes resisten los enfrentamientos contra los antimotínes, en una nueva jornada sangrienta en Nicaragua.
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Foto: La Prensa
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Los manifestantes han incendiado varios vehículos y autobuses durante las violentas manifestaciones.
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El país enfrenta millonarias pérdidas económicas tras las violentas manifestaciones de los últimos 44 días.
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El Papa Francisco hizo un llamado este domingo al Gobierno de Ortega para que retome el diálogo a la vez que condenó la violencia de las últimas semanas en Nicaragua.