“Pedimos a Dios que cese la violencia, que terminen todas las guerras, pedimos por las personas que sufren por causa de la violencia, algunas personas, pues, muy conocidas, otras olvidadas por todos, pedimos el fin de la violencia en el mundo”, subrayó Nácher en la homilía del ‘Domingo de ramos’, en el atrio de la catedral de Tegucigalpa, ante miles de católicos.